por Andrea Orozco
Reportaje de La Hora (11 dic 09)
A pesar de la poca confianza que se le tiene a la PNC, y siendo este un factor determinante para que una población decida vapulear a una persona, la institución policial trabaja en conjunto con otros organismos para la prevención de este delito.
El fenómeno de los linchamientos siempre ha provocado división en la sociedad guatemalteca; por un lado se discute la falta de justicia en nuestro país, por otra parte se viola el derecho universal a la vida.
En las últimas dos semanas se han registrado cinco linchamientos, con saldo de nueve víctimas. Estos casos suceden mayormente en las zonas rurales del país, especialmente en aquellas en donde no existe efectividad en las fuerzas policiales.
Según las estadísticas que maneja la Corte Suprema de Justicia, hasta la fecha se han reportado 110 casos de linchamiento que han dejado como saldo a 42 supuestos delincuentes muertos y a otras 211 personas con heridas de gravedad.
Para las personas que cometen estas acciones, el hecho es justificable debido a la poca efectividad de la Policía Nacional Civil (PNC), así como la falta de justicia en Guatemala. Sin embargo, según indica el agente Néstor Ismael Diéguez, de la División de Prevención del Delito de la PNC, los pobladores deben saber que ellos no pueden ni deben cometer este tipo de acciones, pues este hecho conlleva a un posible castigo al momento descubrirse quiénes son las personas que motivan al resto de la población a vapulear a un sospechoso.
"Privar de la vida a otra persona conlleva a una condena, donde el Estado y todo el sistema de justicia se activan en contra de quien asesinó", asegura el policía.
PROGRAMAS DE PREVENCIÓN
Los programas que se trabajan, y con los que se pretende hacer una reducción de este hecho, son un trabajo en conjunto de la PNC con el Organismo Judicial y el Ministerio Público.
Según indicó el agente, luego de que los elementos prestan el servicio policial en el lugar donde se comete este tipo de acciones, se empieza a trabajar con ellos para la prevención de un hecho similar. A decir de Diéguez, de esta manera es como se ha estado trabajando a partir de los años 96 y 97, desde la creación de la institución policial.
Lo que se busca con este tipo de programas, además de evitar que se cometa otro crimen, es que la población pueda explicar lo que realmente sucede en el lugar y que señalen quiénes son las personas que inciden en ello. Para lograr este objetivo se trabaja con una comunidad y los líderes de ella, esto también persigue crear redes que permitan a la Policía accionar de manera inmediata al momento de presentarse un posible linchamiento.
"A veces pueden haber otros factores para que se pueda dar un acto de estos, pues hay personas que también se infiltran para buscar un beneficio y son quienes incitan a la población a cometer una acción de esas", comenta el agente.
EDUCACIÓN
A través de los programas, los policías pretenden tener un acercamiento con la población para que ellos, a su vez, puedan renovar la confianza hacia la institución y dejar de tomar la justicia por sus propias manos.
Estos programas se han trabajado en Huehuetenango, Totonicapán, Quiché, San Marcos y Sololá, departamentos en los cuales se han realizado linchamientos últimamente. "A veces las cuestiones necesitan ir más allá, por eso, con lo que tenemos y con la gente con la que se está trabajando se va llegando a los lugares, de acuerdo a las necesidades o a la problemática que se pueda presentar", dijo el agente.
Para el próximo año se tiene previsto reactivar el trabajo comunitario en donde se les informa a los vecinos de una localidad sobre temas de prevención, seguridad ciudadana, la importancia de participar dentro de una comunidad y cómo se debe ejercer ese derecho. Esto será realizado en el occidente del país.
PREPARACIÓN DE LOS AGENTES
Sin duda, para presenciar este tipo de hechos se debe tener una preparación, no sólo física sino moral y psicológica.
Respecto a esto, Diéguez indica que el personal policial ha sido capacitado en diferentes áreas durante su estadía en la Academia. Esto, dice el agente, se hace evidente en el hecho de que "en ningún momento el personal ha entregado a una persona, sino que se ha resguardado en la medida de lo posible y hasta llegar a las últimas consecuencias, esto a pesar de enfrentarse a un gran número de personas contando con poco personal", asegura.
El llamado que Diéguez hace a la población es que antes de cometer un acto de estos piensen en sus familiares, pues "hoy pueden cometer un crimen que mañana puede perjudicar a un familiar", esto pensando en que antes de vapulear a una persona no se comprueba la participación de esta en el hecho. Además de que los linchamientos afectan el turismo nacional y extranjero.
El agente también solicita la confianza de la población hacia la institución y proporciona los números 1510 y 110 para cualquier denuncia.
"Privar de la vida a otra persona conlleva a una condena, donde el Estado y todo el sistema de justicia se activan en contra de quien asesinó." Oficial Néstor Ismael Diéguez, División de Prevención del Delito de la PNC
Los últimos dos casos de linchamiento fueron registrados de la siguiente manera:
En la aldea de Santiago Chimaltenango, del departamento de Huehuetenango, una turba de vecinos atacó a Francisco Díaz Jiménez, de 35 años de edad. Esta persona fue acusada, junto a dos hombres más, como el secuestrador de Justo Pablo Anselmo de 57 años.
Otro caso se registró el domingo recién pasado, cuando vecinos de Panajachel, Sololá, lincharon a un hombre al que se le acusaba de robar a una mujer de la localidad. La Policía Nacional Civil pudo rescatar a tres mujeres que también eran acusadas de este asalto.Según la definición, un linchamiento es una ejecución, sin proceso, por parte de una multitud sobre un reo o sospechoso de cometer un crimen.
El origen de este proviene del estadounidense Charles Lynch, juez del estado de Virginia, quien en 1780 ordenó la ejecución de una banda de conservadores sin dar lugar a juicio.
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