15 December 2008

Guatemala, un país sin ley

elEditorial de elPeriódico (15 dic 08)

Ante la contundencia de las evidencias disponibles, la única conclusión posible a la que podemos llegar los guatemaltecos es que vivimos en un país sin ley.

Y no es que en Guatemala haya un total vacío legal, sino que las leyes existentes no son debidamente cumplidas u observadas ni aplicadas. La constante es que las leyes se cumplen tarde, mal o nunca.

Paradójicamente, hasta podríamos decir que lejos de falta absoluta de leyes, más bien contamos con exceso de regulaciones que en lugar de orientar a la ciudadanía redundan en serias limitaciones para el desarrollo individual y colectivo.

¿Por qué no se cumplen las leyes en Guatemala? Simplemente porque el poder coercitivo del Estado para que las mismas se apliquen apropiadamente es ineficaz. De esa cuenta, la norma es que, quienes abusan del poder y los delincuentes, se salen con la suya con total impunidad en detrimento de los derechos y libertades del resto de la población.

En síntesis, en nuestro país hay leyes en abundancia, pero no pasan de ser una mera ficción. Consecuentemente, la solución del severo problema judicial del país no está en continuar emitiendo nuevas leyes o reformando y actualizando las que están en vigencia, sino en procurar que las que ya existen sean debidamente cumplidas y aplicadas.

Y esto únicamente podrá ser resultado del surgimiento de una cultura vigorosa de respeto al Estado de Derecho, cuyos pre-requisitos son que las mismas autoridades comiencen por dar el ejemplo, sometiéndose a la majestad de la ley y que se proceda a fortalecer desde sus raíces más profundas hasta la superficie a los órganos contralores de la legalidad, particularmente a las fuerzas de seguridad civiles, al Ministerio Público y a los tribunales de justicia.

Por otra parte, el Congreso, en vez de seguir esmerándose en la emisión de cualquier cantidad de nueva legislación, debería comprometerse en un proceso serio de desregulación, a efecto de ir eliminando las disposiciones anacrónicas, absurdas, particulares y casuísticas que proliferan en la actualidad, que solamente entorpecen y restringen el desarrollo económico y el progreso social de Guatemala o aseguran privilegios y discriminaciones.

13 December 2008

Poderoso clamor por la vida

elEditorial de elPeriódico (13 dic 08)

El pueblo de Guatemala está desesperado. Ni en los peores momentos del conflicto armado de los 36 años se llegó al actual extremo de ocurrir 20 muertes violentas diarias en el país, según los reportes de prensa disponibles. Y cada vez en la forma más irracional y primitiva.

Cansados de sufrir tanta violencia, en un ejemplo elocuente, los pacíficos habitantes de San Pedro Soloma, Huehuetenango, capturaron, lincharon y quemaron el jueves pasado a 5 supuestos secuestradores de una niña de 15 años, a quien cobardemente dieron muerte. Son ya incontables las ejecuciones ilegales que tienen lugar en nuestro país. Este peligroso fenómeno social, según analistas, demostraría que sectores de la población se encuentran hartos y cansados ante la ineptitud policíaca y la deficiente aplicación de la ley, por lo que insensatamente han optado por hacerse justicia por su propia mano, para castigar a delincuentes que son una amenaza para sus comunidades.

Por otro lado, es muy significativo que el embajador de Estados Unidos, Stephen McFarland, un gran conocedor de Guatemala, haya advertido esta semana a los turistas norteamericanos que viajar a nuestro país constituye un serio peligro. Asimismo, su representación emitió una declaración de alerta para sus compatriotas residentes localmente, pidiéndoles que desistan de viajar por la carretera a El Salvador de las 9:00 de la noche a las 6:00 de la mañana del día siguiente. Pues esa sede diplomática ha recibido informes sobre la comisión de hechos criminales, asaltos a vehículos y secuestros en esa vía. También indica que han aumentado los robos en las zonas 10, 14 y 15. Y recomienda no transitar en rutas adyacentes al lago de Atitlán.

A su vez, el sector productivo del país por medio de la Asociación Nacional del Café (Anacafé), la Asociación de Exportadores de café, las cámaras de Industria y del Agro y de Comercio Guatemalteco–Americana han demandado al Gobierno de la República que cumpla su promesa de “combatir la violencia con inteligencia”. Numerosos empresarios han perdido la vida en manos de delincuentes, entre ellos el joven cafetalero Paul Stauder, abatido hace ocho días, cuando llegaba a su finca en helicóptero para pagar los salarios y el aguinaldo navideño de sus trabajadores.

Ante la indetenible espiral delincuencial, es increíble que los guatemaltecos tengan que pedir ante la administración estatal que se cumpla algo tan elemental como lo es: su derecho a la vida.

La violencia y la inseguridad actuales están debilitando la institucionalidad, ponen en riesgo la gobernabilidad democrática y la vigencia misma del Estado de derecho en Guatemala.

12 December 2008

Una turba lincha a cinco presuntos secuestradores en Guatemala

por José Elías
El País (12 dic 08)

La extrema debilidad del Estado guatemalteco, cada día más incapaz de garantizar la seguridad de sus gobernados, se cobró la vida de cinco presuntos secuestradores en San Pedro Soloma (Huehuetenango, noroeste del país, en la frontera con México), donde una enardecida turba de campesinos capturó a cinco secuestradores y, tras golpearlos hasta la muerte, quemó sus cuerpos en el campo de fútbol de la localidad.

Los hechos se remontan a la noche (local) del miércoles, cuando un vecino, víctima de secuestro, fue liberado por sus captores tras el pago de 60.000 quetzales (unos 6.000 euros, una suma importante en una de las zonas más deprimidas de esta nación centroamericana).

De acuerdo con las primeras versiones, el ex rehén logró reconocer a sus secuestradores y los denunció ante los vecinos. Tras una reunión y de acuerdo con los pobladores, unas 1.500 personas, armados de palos y machetes llegaron hasta la aldea Tzlahuitz, donde residían dos de los acusados. Tras golpearlos y amenazarlos con quemarlos vivos, éstos denunciaron a sus cómplices y en otra de las viviendas de la aldea fueron capturados cuatro hombres más.

Inmediatamente, y dispuestos a dar un público escarmiento, los seis detenidos fueron llevados hasta el campo de fútbol de San Pedro Soloma, la capital del municipio, donde cinco de ellos fueron golpeados hasta la muerte y sus cuerpos rociados con gasolina y quemados. El sexto, cuyo paradero se desconocía ayer, se libró de la muerte tras reconocer que mantenía secuestrada a una adolescente de 15 años y guiar a los captores hasta el sitio del cautiverio de la joven, que fue liberada.

Durante todo el tiempo (la noche del miércoles y el jueves) los pobladores de San Pedro Soloma se coordinaron con los habitantes de municipios vecinos para que éstos colocaran barricadas en las carreteras e impidieran el paso de policías, cuerpos de socorro y representantes locales de la Procuraduría de los Derechos Humanos (oficina del Defensor del Pueblo), para evitar que se impidiera el "castigo" a los integrantes de una banda que, según argumentan los vecinos, sembraba la zozobra en aquella comunidad.

Los linchamientos se han convertido en una práctica generalizada en Guatemala. De acuerdo con la organización humanitaria Grupo de Apoyo Mutuo (GAM), hasta el 30 de noviembre se habían reportado 133 casos, con un saldo de 122 personas heridas de diversa gravedad y 11 muertos.

En la distribución geográfica de estos sucesos cabe destacar que la mayoría ocurren en aquellas zonas en las que durante la guerra civil (1960-1996) ocurrieron las grandes matanzas del enfrentamiento armado, que se cerró con 250.000 muertos y 50.000 desaparecidos.

Todas estas matanzas permanecen en total impunidad y los supervivientes jamás han recibido ningún tipo de asistencia psicológica.

San Pedro Soloma: linchan a cinco supuestos secuestradores

por Luis Ángel Sas
elPeriódico (12 dic 08)

Pobladores de San Pedro Soloma, Huehuetenango, lincharon a cinco hombres a quienes acusaban de ser los responsables del secuestro de una menor de 15 años. Entre la noche del pasado miércoles y la madrugada de ayer, mataron a tres de los hombres, mientras que los otros dos fueron asesinados la mañana del jueves. Los cadáveres quedaron tendidos en el campo de fútbol de la localidad y según la Policía, sufrieron heridas de armas de fuego y golpes.

Los hechos se iniciaron el pasado miércoles cuando fue liberado un hombre que permaneció secuestrado por una semana. La familia pagó Q60 mil de rescate. La víctima reconoció a sus captores y pidió ayuda a un grupo de vecinos. Después de organizarse, viajaron cerca de 1,500 personas hacia la aldea Tzlahuitz donde capturaron a dos de los presuntos plagiarios. Cuando amenazaban con lincharlos, estos dijeron que entregarían al resto de la banda. Se dirigieron a otra residencia de la misma aldea. Allí se encontraban cuatro hombres más. Los vecinos los llevaron al campo de fútbol de San Pedro Soloma, donde lincharon a cinco hombres. El sexto se libró de morir después que aceptó que también habían secuestrado a una menor de 15 años y fue obligado a guiarlos hasta el lugar donde tenían retenida a la víctima.

Según informó el delegado de la Procuraduría de los Derechos Humanos (PDH) en Huehuetenango, Erick Villatoro, los supuestos secuestradores fueron primero heridos con armas de fuego. “Los pobladores no permitieron ingresar a ninguna autoridad al lugar mientras sucedían los hechos”, dijo Villatoro.

El inspector de la Policía, Octavio Vásquez, informó que por el secuestro del hombre ya se habían realizado allanamientos, pero no se obtuvieron resultados. Del último maleante, las autoridades aún desconocen su paradero.

Rember Larios, director general adjunto de la PNC, informó que un numeroso grupo de soldados y policías logró ingresar al lugar anoche, cuando se buscaba a cuatro presuntas víctimas de los plagiarios.

11 December 2008

Un pueblo harto

Editorial La Hora (11 dic 08)

Llegan desde Huehuetenango noticias alarmantes de una especie de estallido popular generado por el cansancio de los pobladores ante la sucesión interminable de hechos de violencia. Cientos de habitantes se han lanzado a las calles para localizar a delincuentes y tras haber hecho confesar a cuatro de ellos, quienes proporcionaron nombres y ubicación de sus cómplices, los lincharon y se dividieron en grupos para ir a los distintos cantones, caseríos y aldeas en busca de los que fueron señalados como criminales para proceder a su linchamiento.

Hay diversas formas de reacción de la gente frente al problema de la violencia, pero en casos extremos, cuando se repiten hasta el cansancio actos delictivos que no pueden ser controlados por la autoridad, puede surgir un movimiento generalizado de violencia en contra de los que son o parecen delincuentes y de esa cuenta caemos en un profundo estado de anarquía en el que nadie puede sentirse seguro porque cualquier rencilla que uno tenga con un vecino puede dar pábulo a señalamientos que terminen en un linchamiento sin derecho a defensa.

Es lógico que nos preguntemos si acaso no será necesario que se produzcan esos estallidos populares para ponerle fin a la impunidad absoluta que impera en el país. Por supuesto que es la prostitución final de la sociedad que recurre a actos de verdadero salvajismo para castigar a los delincuentes y se corren enormes riesgos de que los linchados no sean los verdaderos criminales, puesto que no hay ningún mecanismo de control que permita la legítima defensa de los imputados. Ante la turba no hay forma de defenderse ni de aclarar la situación de una persona porque una de las características del tumulto es que se pierde la capacidad de raciocinio.

Pero con todo y los serios problemas que representa ese desborde causado por el hartazgo de la población, es necesario señalar que el mismo es producto de la incapacidad de las autoridades para mantener el control de la situación en el país. Si no hay forma de contener el crimen y tampoco hay forma de sancionar a los delincuentes porque no existe capacidad de investigación en las estructuras del Estado, se empuja a la gente a tomar la justicia por propia mano con los riesgos y males que ello significa.

Por ello es que lo que está sucediendo el día de hoy en Huehuetenango tiene que ser objeto de una profunda reflexión en las esferas de Gobierno porque ese desborde popular está hoy dirigido contra los delincuentes, pero puede crecer y dirigirse también contra las autoridades que no tienen la capacidad para cumplir son su responsabilidad. Este estallido de hartazgo no puede ser visto a la ligera por nadie.

Huehuetenango sigue en tensión

La Hora (11 dic 08)

Huehuetenango sigue en tensión, tras linchamiento de supuestos secuestradores.

Ambiente tenso se vive en dos municipios de Huehuetenango, el resultado hasta el momento ha sido de cuatro muertos, tres casas quemadas y tres personas desaparecidas, así como la búsqueda de otros implicados.

San Pedro Soloma fue esta mañana el escenario de la incineración de cuatro personas, a quienes la población los sindicó de secuestradores, pero según se indicó, antes de morir fueron forzados a revelar los nombres de sus cómplices.

Según informó Romy Fuentes, de la Comisaría 43 de Huehuetenango, unos 5 mil vecinos se aglomeraron en el campo de futbol del referido lugar, para linchar a los individuos, posteriormente impidieron el acceso a los agentes de la Policía Nacional Civil (PNC). Unos 70 elementos de las fuerzas de seguridad asistieron al lugar para tratar de controlar la situación, sin embargo, se les vedó el paso.

Los pobladores no permitieron el ingreso de nadie, además continuaron con la búsqueda en otros municipios, de los otros supuestos cómplices de los occisos.

Por otro lado en San Juan Ixcoy, ayer a las 23:30 horas llegó al municipio un camión blanco, donde se conducían 50 personas, éstas descendieron del vehículo y quemaron tres viviendas.

Fuentes manifestó que en el caserío Buena Vista, en el municipio de San Juan Ixcoy, se conoció que fueron quemadas algunas casas, en donde vivían nueve personas, quienes se acercaron a la subestación de la policía para pedir auxilio, como presentaban lesiones tuvieron que ser trasladas al hospital de Huehuetenango.

Los afectados indicaron que habían comprado un terreno con anterioridad por una extensión de mil cuerdas, pero el ex alcalde del lugar vendió estos terrenos comunales a otras personas, por lo que esto pudo ser la causa del problema. Hasta el momento hay tres personas desaparecidas.

Según el subcomisario, aunque el ambiente estaba "un poco tenso", la situación sería controlada por elementos de seguridad, quienes retomarían la calma, especialmente en San Pedro Soloma.

Un poblador del municipio mencionado, quien no quiso identificarse por temor a represalias, dijo en entrevista a un medio de comunicación radial, que los secuestradores pedían grandes cantidades de dinero para liberar a sus víctimas, en varias ocasiones aunque los familiares de los plagiados pagaran estos acababan con su vida.

Por su parte, la institución policíaca, en informes presentados ha señalado varios departamentos del Occidente, incluyendo Huehuetenango, como lugares vulnerables, debido al alto índice de criminalidad y violencia que los azota, los secuestros no se excluyen, ya que constantemente se reportan sucesos de este tipo.

Sin embargo, representantes de la cartera han manifestado que noviembre ha sido un "buen mes", ya que se ha logrado la liberación de varias personas, pero continúan realizando operaciones de inteligencia para poder erradicar o por lo menos disminuir este problema por completo.

En una entrevista concedida a este vespertino, Carmen Aída Ibarra, de la Fundación Myrna Mack, dijo que el trabajo de la institución policíaca en materia de secuestros era buena, sin embargo se opacaba con los pocos resultados obtenidos en otros casos de seguridad.

03 December 2008

Linchamiento de sicario

Emisoras Unidas reportó que fue linchado un sicario, quien había asesinado al conductor de un microbus. También informó que ya son 125 los pilotos asesinados durante el 2008. Han sido asesinados por negarse a pagar las extorsiones de las que son víctimas.

02 December 2008

Vapuleado en Mixco, Guatemala

La Policía Nacional Civil (PNC) informó, por medio de Emisoras Unidas, que en el municipio Mixco, vecino a la Ciudad de Guatemala, se vapuleó a un individuo que fue capturado in fraganti cuando, saltando el muro, entraba en una casa del vecindario. Después fue entregado, con vida, a las autoridades.

29 November 2008

Buscando su propia justicia

Por Carlos Duarte
La Hora (29 nov 08)

Las voces de la muchedumbre fueron claras: "consigamos gasolina y quememos a este ladrón, hijo de la gran p...".

Cualquiera se impactaría de escuchar semejante expresión de parte de otro ser humano, pero aun así, ese grupo de gente trabajadora que se dirigía a sus destinos particulares se desahogaba de lo que acababan de sufrir en la camioneta.

Tres sujetos se subieron y a punta de pistola los despojaban de sus pertenencias; ese grupo de gente acababa de sufrir un asalto, y en su frustración e ira, lograron capturar a un presunto delincuente y mientras le propinaban una paliza entre todos, pedían gasolina para poder lincharlo.

Y es que la violencia criminal y los índices delincuenciales han sobrepasado no solamente las cifras de los últimos 30 años, inclusive los niveles vividos durante la guerra interna, sino que han colmado la paciencia de los guatemaltecos, quienes han vivido a merced de los criminales, desprotegidos por unas fuerzas de seguridad incapaces o sin el deseo de salvaguardar al ciudadano y de imponer el orden a esta anarquía que se vive en el país.

24 November 2008

Escuadrones de la muerte actúan con libertad en el país

Por Lorena Seijo
Prensa Libre (24 nov 08)

En lo que va del año se han producido, por lo menos, 28 ejecuciones, no por parte de turbas enardecidas, sino de grupos bien armados y estructurados para matar, que cobran una cuota a los vecinos por su “servicio de seguridad”.

Estas agrupaciones aterrorizan a la población con la publicación de listas negras de delincuentes por liquidar. La PDH acusa a la Policía de pasividad frente a estos actos, mientras las autoridades aseguran que investigan a esas organizaciones.

“Unos 30 hombres armados y con gorros pasamontañas ingresaron, a las cero horas del 8 de noviembre, en una casa del barrio San Pedro, Palín, Escuintla, y mataron a Manuel de Jesús Alonso, de 27 años, acusado de secuestro. El grupo armado dejó tirados varios volantes con señalamientos contra secuestradores”. Esta era la información que se publicaba un día después del crimen, y que daba cuenta de un supuesto linchamiento, aunque en realidad se trataba de la forma de accionar de un escuadrón de la muerte que, desde hace meses, actúa con total impunidad en Palín.

A esa nota de prensa le faltaban unos cuántos detalles que ayudaran a explicar el porqué del asesinato, y que pone en duda si la víctima era un delincuente.

El 20 de febrero de este año, la familia Alonso Pirique presentó una denuncia en la Procuraduría de los Derechos Humanos (PDH), en la que aseguraba que estaban siendo extorsionados por personas que les ofrecían protección para su negocio de panadería y reparación de celulares, a cambio de que les dieran un pago mensual.

La familia se negó al chantaje y, poco después, dos de sus hijos aparecían en una lista de posibles ejecutables, junto con otras 21 personas, firmada por Ejército secreto de ejecución. Casi al mismo tiempo, patrullas de la Policía empezaron a hacer guardia frente a la casa y a tomarles fotografías.

Aunque la PDH solicitó, tanto a la Policía como al Ministerio Público, que se investigaran las amenazas, nunca hubo respuesta. La familia Alonso incluso acudió a una reunión con el comisario de Escuintla para pedir ayuda.

Un mes después, Manuel de Jesús Alonso, el hijo mayor, fue detenido y acusado de plagio, pero salió libre por falta de pruebas.

El 8 de noviembre, el hijo mayor de los Alonso se encontraba junto con su familia en su vivienda, cuando 30 hombres vestidos de verde olivo, con botas militares y armados con fusiles rodearon la casa. Las víctimas llamaron por teléfono a la comisaría y al destacamento militar para pedir auxilio, pero no llegaron. Los encapuchados entraron por la fuerza a la vivienda, encañonaron y golpearon a la familia, y sacaron a Manuel arrastrado a la calle.

Cuando los padres del acusado pudieron salir de la casa, que estaba ardiendo, vieron a la Policía en la puerta, que observaba el cuerpo calcinado de su hijo. “Para qué vienen ahora que ya no hay nada que hacer”, les gritó la madre de Manuel. Los agentes solo se rieron.

Los volantes, que en el lugar del crimen repartió este grupo paramilitar, decían textualmente: “El comando de la muerte está en acción en San Vicente Pacaya, Palín, Villa Nueva, Escuintla y Puerto San José. Quemaremos uno por uno, no solo a ellos, sino también pagarán sus familiares, para que sepan cómo se siente el dolor. Ya no permitiremos ningún secuestro más, porque el pueblo se ha levantado y creó este comando”.

La PDH ha recibido varias denuncias de vecinos de Palín, que viven atemorizados por este grupo, el cual se ha erigido como “supuesto salvador del municipio”, pero eso sí, a cambio de que todos colaboren con una cuota, en algunos casos hasta de Q20 mil.

En lo que va del año se han llevado a cabo 28 linchamientos, según el Organismo Judicial, aunque la Policía solo registra seis. A diferencia de lo que sucedía en épocas pasadas, los ejecutores no son pobladores desorganizados que deciden “tomarse la justicia por sus manos”, sino que se trata de grupos que con premeditación aplican la pena capital con total libertad, como si fueran el Ku Klux Klan.

Lo mismo ha ocurrido en Izabal, donde por lo menos cuatro personas han sido ejecutadas extrajudicialmente por una banda autodenominada Grupo sin derechos humanos.

Estas personas, que actúan encapuchadas, están dispuestas a matar a aquellos jóvenes que lleven puestos aretes, tatuajes, el pelo largo, o que sean acusados de ladrones. Ofrecen sus servicios a cualquiera que les proporcione una lista de “posibles delincuentes”. A pesar de que la PDH informó de estos casos a la PNC y el MP, aún no han recibido respuesta.

Recientemente, otra banda se ha conformado en Escuintla y, aunque parece ser menos agresiva que la de Palín, patrullan las calles encapuchados, armados con machetes y pistolas. Cobran Q50 por sus servicios, y le han solicitado al gobernador que los dote de gafetes y radios.

Uno de los casos más graves que ha tenido lugar en el 2008 es el de San Juan Sacatepéquez, donde unas supuestas juntas de seguridad han tomado el control del municipio a cambio de contribuciones “obligatorias” de los vecinos. La anarquía e impunidad han llegado a tal nivel que una persona que se negó a ser registrada en un retén establecido por estas agrupaciones fue secuestrada, torturada y posteriormente quemada, debido a su irreverencia.

Esta organización, según constan en denuncias en la Procuraduría, tiene incluso un cementerio clandestino en el que entierra a sus víctimas, por lo que muchos de los casos de ejecuciones que se dan en el municipio nunca son reportados por las autoridades. Aún así se les atribuye la responsabilidad directa de, por lo menos, seis muertes.

El precursor de todos estos grupos que han proliferado como la pólvora por todo el país fue el constituido hace dos años en Santiago Atitlán, Sololá, único caso en que fueron detenidos ocho de sus integrantes, pero que quedaron libres por falta de mérito.

En los departamentos del oriente del país, esta función de exterminio la ejercen los sicarios del narcotráfico, que se preocupan de que los delitos contra el patrimonio no suban, y de tener supuestamente contenta a la población.

Todos ellos operan bajo la pasividad y, en algunos casos, la connivencia de las propias autoridades locales, que se ven incapaces de enfrentarlos.

Ver nota completa AQUI

22 November 2008

Resultados de Encuesta

Pregunté a los lectores del BLOG si están de acuerdo con los linchamientos, Sí, No, o "A veces".

Participaron 58 lectores, y los resultados fueron los siguientes:

Sí, estoy de acuerdo = 41% (24 votos)

No, estoy en desacuerdo = 51% (30 votos)

A veces, sí estoy de acuerdo = 6% (4 votos)

No me sorprenden los resultados. Es una muestra pequeña y no se basa en algún método científico, pero refleja lo que podría estar pasando en muchos pueblos y aldeas de Guatemala. No es necesario que la mayoría crea en el poder de la violencia colectiva para que ésta se haga presente.

Invito a comentar las razones de su respuesta: ¿Por qué?

18 November 2008

El mismo debate que en Guatemala

BOLIVIA: Justicia comunitaria no contempla la muerte
http://www.eldiario.net/

"La justicia comunitaria es ancestral, tiene sus propias normas, reglas y límites, que permite sancionar la conducta reprensible de los individuos, pero sin la intervención del Estado, sus jueces y su burocracia, sino directamente dentro la comunidad de individuos en la que las autoridades naturales de la misma, hacen de equilibrantes entre las dos partes enfrentadas y no incluye la pena de muerte como parte de su justicia.

La justicia comunitaria no entra en el mecanismo de la barbarie. Se debe tomar en cuenta que la muerte por linchamiento o por otras acciones es un delito de lesa humanidad."

Mueren dos presuntos ladrones en un linchamiento en La Paz

por EUROPA PRESS - La Paz, Bolivia
El País Digital (18 nov 08)

Al menos dos presuntos ladrones han muerto y nueve han resultado heridos al ser golpeados y azotados por un grupo de ciudadanos en el departamento boliviano de La Paz cuando fueron sorprendidos atracando a un matrimonio.

Las dos víctimas mortales perdieron la vida mientras eran trasladadas de la localidad de Achacachi a ciudad de El Alto debido a la gravedad de las heridas. Los vecinos rociaron a Víctor Mamani y Javier Quenta con gasolina y les prendieron fuego cuando descubrieron las intenciones de los asaltantes.

El comandante departamental de la Policía de La Paz, Raúl Mantilla, ha informado en declaraciones a Red Erbol que los otros nueve presuntos delincuentes, entre ellos una mujer embarazada, fueron llevados a un centro hospitalario para recibir atención médica cuando llegó al lugar de los hechos la Fuerza Especial de Lucha Contra el Crimen (FELCC) de la urbe alteña.

Por su parte, el Gobierno boliviano ha anunciado que va a iniciar un proceso penal contra los autores del linchamiento de los dos presuntos ladrones. El ministro boliviano de Gobierno, Alfredo Rada, ha afirmado que quienes participaron en el linchamiento, cometieron el delito de homicidio y tendrán que ser procesados por la justicia ordinaria.

Los cuerpos de las dos personas linchadas se encuentran en la morgue del Hospital de Clínicas, y otros de los heridos fueron ingresados en la unidad de quemados.

09 November 2008

Turba mata a señalado de plagio

Por Melvin Sandoval
Prensa Libre (9 nov 08)

Unos 30 hombres armados y con gorros pasamontañas ingresaron, a las cero horas de ayer, en la casa ubicada en la 1a. avenida, 13-41, zona 1, barrio San Pedro, Palín, Escuintla, y mataron a Manuel de Jesús Alonso, de 27 años, señalado de secuestro.

Antonio Alonso, de 25 años, hermano del presunto secuestrador, fue trasladado por los Bomberos Voluntarios a un centro asistencial de Amatitlán.

Los individuos llegaron a la vivienda, de donde sacaron de manera violenta a los hermanos. Después, prendieron fuego al inmueble, que era habitado por siete integrantes de esa familia.

Después de vapulear a los hermanos y de haber matado a Manuel de Jesús, el grupo armado dejó tirados varios volantes con señalamientos contra secuestradores.

Contra delincuentes

En las hojas se leía: “El comando de la muerte está en acción en San Vicente Pacaya, Palín, Villa Nueva, Escuintla y Puerto San José. Quemaremos uno por uno, no solo a ellos, sino también pagarán sus familiares, para que sepan cómo se siente el dolor. Ya no permitiremos ningún secuestro más, porque el pueblo se ha levantado y creó este comando”.

Este grupo amenazó con matar a los secuestradores de los lugares citados, de quienes dijo que ya tenían ubicados los sitios donde se escondían.

La Policía presume que, por las características, del ataque, se trata de un ajuste de cuentas, y que los hermanos podrían haber participado en secuestros rápidos en ese departamento.

Vecinos manifestaron que hubo una balacera que duró 10 minutos, por lo que dieron aviso a la Policía y bomberos, quienes rescataron a los sobrevivientes, que permanecían atrapados entre las llamas.

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‘Comandos de la Muerte’ matarán y quemarán a los delincuentes y sus familias

Por Agence France-Presse

Un grupo armado autodenominado ‘Comando de la muerte’ surgió este sábado en el sur de Guatemala y sacó de su casa, asesinó y quemó a un presunto secuestrador, amenazando además con más ejecuciones para “terminar con las lacras” en la región, indicó un panfleto y un portavoz de bomberos.

“Ya no permitiremos ningún secuestro más, el pueblo se ha levando y el Comando de la muerte con ellos, ya nos les queda mucho tiempo de vida porque los encontraremos donde se encuentren“, indican los panfletos que dejaron en la residencia que también incendiaron en Palín, 35 km al sur de la capital.

Un grupo de unos 30 hombres armados llegó a la residencia en Palín, sacó a la víctima, identificada como Manuel Alonso, de 27 años, lo asesinó con arma de fuego y luego lo quemó, precisó un vocero de los Bomberos Voluntarios, Mynor Rodas.

Los atacantes encerraron en la vivienda a otros 11 miembros de la familia y le prendieron fuego al inmueble, pero la intervención de los cuerpos de socorro logró el rescate con vida de las personas.

El ‘Comando’ indica que además de Palín operará en otros cuatro municipios del departamento de Escuintla, al sur de la capital.

“Al pueblo de Palín informamos que ya estamos cansados de tanto secuestro, extorsión, intimidación y ladrones. El Comando de la muerte ya está en acción y hasta el momento ya cobramos cinco vidas, las cuales seguirán aumentando“, asegura.

“A los delincuentes buscaremos, ejecutaremos y quemaremos uno por uno, no solo a ellos, sino también pagará su familia porque ya todos están idenficados“, afirma.

“No queremos que esas escorias de la sociedad escapen, los queremos vivos o muertos y después quemarlos. No escaparán porque tenemos controlados sus movimientos”, advierten.

Asimismo, aseguran que tienen “todo el apoyo necesario para acabar con esas lacras que pagaran con todo el dolor que han causado a tanta familia que se ha ganando el dinero con el sudor de su frente y se lo han quitado”.

Hasta el momento ninguna autoridad se ha querido pronunciar respecto al caso.

Fuente: Noticias24.com

27 October 2008

Vecinos de San Pedro Vigilan por las Noches

Por Equipo de Investigación de elPeriódico

Cuando la noche empieza a caer en esa comunidad también inicia el temor de los habitantes. Desde hace cinco meses, organizados en grupos de cinco personas hacen patrullajes a pie para evitar que los delincuentes hagan de las suyas.

El intenso frío de San Marcos, la lluvia y la oscuridad no son obstáculos para quienes dicen es la única forma de evitar asaltos. Las estrechas calles y el silencio de la noche son mudos testigos de la presencia de los “Guardianes de la vecindad”, nombre con el cual se identifican.

Según cuentan, los comerciantes del lugar se sienten mucho más tranquilos y seguros, ya que los asaltos han disminuido hasta en un 90 por ciento. Irónicamente, la mayoría de hechos delictivos ocurren en horas del día.

“Antes sólo habían 6 policías y ahora el número ha llegado a 40, pese a ello, tenemos que seguir alerta porque la situación es delicada”, dice el propietario de una farmacia.

“Yo cuido tu casa”

Bajo ese lema, los primeros ciudadanos en organizarse resaltan que al principio nadie quería participar en la vigilancia, ahora son más de 200 personas las que se han inscrito para ayudar.

Nehemías Pérez, presidente del comité, señala que han recibido apoyo del Ministerio de Gobernación y, cada noche, dos agentes de la Policía Nacional Civil (PNC) los acompañan para consignar a quien encuentren delinquiendo.

Los guardianes de la vecindad no andan con arma de fuego ni punzocortantes, únicamente con palos y paletas para hacer masa de tamales, que les sirven como defensa.

Salir a cuidar en las noches es un esfuerzo de las personas, pues tienen que desvelarse por lo menos tres veces a las semana. La ronda inicia a las 11:00 de la noche y termina a la 3:00 de la madrugada. “El frío es constante, pero velar el sueño de nuestras familias vale la pena”, comenta un miembro de las brigadas. Además, si encuentran alguna puerta abierta la cierran y avisan a los propietarios de la viviendas.

Otro fiel acompañante de los vecinos es un gorgorito, el cual hacen sonar cada vez que ven un sospechoso o temen peligro. En el día, los comerciantes y vecinos lo utilizan para comunicarse ante cualquier eventualidad.

El alcalde de San Pedro, Marco Antonio Orozco, resalta que ellos cuentan con el apoyo de la alcaldía y de la junta de seguridad ciudadana para hacer las rondas. “El objetivo es cuidarse, pero se evita cometer abusos en contra de la población”, resalta, Mynor Ramírez, secretario de los guardianes.

Algunas personas han mostrado su malestar, debido a que son registrados en la noche, incluso, vehículos sospechosos. “Esperamos que esto no se convierta posteriormente en mayores abusos”, dijo un vecino.

24 October 2008

Vapulean a cinco presuntos secuestradores en San Marcos

Por Genner Guzmán y Mike Castillo
Prensa Libre (24 oct 08)

Cinco presuntos secuestradores fueron atrapados y vapuleados por unos 200 pobladores de la aldea Ixmulcá, a 52 kilómetros de la cabecera de San Marcos.

Los individuos son señalados de haber participado en el plagio de dos menores de edad el miércoles pasado, quienes fueron rescatados por los mismos pobladores dentro de una vivienda.

Después de haber puesto a salvo a los agraviados, los vecinos atraparon a los hermanos Isaías, Abraham, Édgar y Aroldo Bámaca López y a Genaro Ramírez López. Los amarraron con lazos y vapulearon con palos y les propinaron puntapiés.

La turba manifestó su intención de rociarles gasolina y prenderles fuego, pero la Policía Nacional Civil (PNC) intervino y logró rescatarlos con vida.

Los cinco capturados fueron llevados al Hospital Nacional de San Marcos para ser atendidos por las lesiones sufridas, para luego ser consignados ante el Juzgado de Paz de Tejutla, San Marcos.

Otro caso

Un presunto delincuente se salvó de morir en manos de una turba en Huehuetenango, que lo acusaba de robar y golpear a una mujer.

Se trata de Elmer López Fabián, de 18 años, quien fue atrapado cuando agredía a Ana Esperanza Méndez, de 30 años, sin embargo, la mujer pidió auxilio y de inmediato los vecinos la emprendieron contra López a quien vapulearon. La PNC intervino y pudo separar a la turba con el compromiso de presentar al detenido ante la justicia.

17 October 2008

Incrementan los linchamientos, mayores registros en provincia

Por Mariela Castañon
La Hora (16 oct 08)

En las últimas semanas, las autoridades han informado sobre el incremento de linchamientos en varios departamentos, aunque algunos creen que esta práctica es parte de la "justicia maya", estudiosos del tema indican que esto no es así, sino que es parte de la manipulación, por la inseguridad que impera en Guatemala.

De acuerdo con Juana Batzibal, representante de Pueblos Indígenas, del Centro de Acción Legal en Derechos Humanos (CALDH), existe una confusión en cuanto a que esta problemática sea parte de la justicia maya, debido a que esto responde por la ola de violencia que hay en todas partes.

Por el contrario, el sistema maya busca la dignificación y la protección de la vida misma. Aunque el problema es latente en el interior del país, no responde al castigo maya, esto se deriva de la molestia de la gente por la falta de seguridad en el país, indicó.

Según Estuardo Zacayón, del Instituto de Estudios Interétnicos de la Universidad de San Carlos (Usac), linchar a la gente es una mal interpretación de lo que debería ser la justicia maya, que nada tiene que ver.

Estas situaciones surgen por la falta de un Estado de derecho, que garantice la seguridad a la población, además destacó que ésta no se basa sólo en las comunidades indígenas, sino también en la capital, ya que aquí el hecho de que alguien pierda la vida, sólo por ver de mala mirada, también es parte de un linchamiento.

Los problemas pueden darse tanto en las comunidades indígenas como en la zona 10, porque existe una descomposición en el país, ya que las personas están acostumbradas a tomar la justicia con sus propias manos, indicó.

Actualmente los vapuleos o linchamientos se han vuelto una práctica normal, constantemente las autoridades policíacas informan sobre estos métodos agresivos, sin embargo, no siempre logran detener los actos que han cobrado vidas.

Algunos de los acontecimientos más recientes son los ocurridos el pasado 14 de octubre, cuando la población enardecida intentó linchar a Junior Wilfredo Rosales Salazar de 23 años y a un menor de 17, acusados de extorsionar a comerciantes del lugar. El hecho se suscitó en el Municipio de San Martín Jilotepeque, Chimaltenango, sin embargo, esto no se logró porque agentes policíacos lo impidieron, por medio del diálogo.

El pasado 10 de octubre, en la aldea El Pajón de Santa Catarina Pinula, varias personas se aglomeraron para vapulear a dos hombres sindicados de querer asaltar una tienda de celulares. Según se indicó la población molesta golpeó a las dos personas, quienes tuvieron que ser trasladadas a hospitales públicos para su recuperación.

En los dos casos anteriores los presuntos delincuentes lograron salir con vida, pese a ello, la suerte no fue la misma para un hombre en San Pedro Yepocapa, en Chimaltenango, quien fue linchado por la población luego de robar a los vecinos que se conducían en un bus y violar a una niña.

Estudiosos de la cultura maya destacan que estas prácticas no forman parte de la justicia maya, los entrevistados coinciden en que estas agresiones constituyen la impotencia ante la inseguridad.

Horrendos linchamientos

elEditorial de elPeriódico (17 oct 08)

Los linchamientos han reaparecido en los últimos días. Nuevamente, las turbas se están arremolinando en torno a presuntos delincuentes, los juzgan y condenan sin ninguna garantía procesal. Como siempre, los “linchadores” torturan cruelmente a los presuntos delincuentes y pretenden dar una muerte lenta, infamante y dolorosa, haciendo gala de sadismo y profundo desprecio por el ser humano.

El linchamiento trata de constituir una justicia popular directa, ejecutiva y ejecutora al máximo, que tiene sus orígenes en los Estados Unidos de América, en las postrimerías del siglo XVIII, con dos causas principales: el odio contra los negros, principales víctimas de las ejecuciones irregulares, y la soledad de las colonias que iban estableciéndose conforme el hombre blanco extendía su influjo hacia el lejano Oeste.

El Código Penal sanciona los linchamientos bajo la denominación de “delito de muchedumbre”, el que tiene las siguientes notas tipificantes: Si la reunión tuvo por objeto cometer determinados delitos, responderán como autores todos los que hayan participado materialmente en su ejecución, así como los que sin haber tenido participación material, asumieron el carácter de directores. Asimismo, el Código Penal dispone que comete el delito de asesinato quien matare a una persona con alevosía, premeditación o perversidad brutal, y que el responsable será sancionado con prisión de 25 a 50 años, o con pena de muerte cuando el imputado acusare peligrosidad social.

No obstante, la gran mayoría de linchamientos en Guatemala permanecen impunes, y esto ha provocado que los mismos se sucedan uno tras otro, con toda su cauda de violencia, terror y psicosis, que impacta no sólo entre la población guatemalteca, sino también entre los turistas e inversionistas extranjeros.

Los informes sobre los casos de linchamientos reflejan que los mismos no necesariamente son consecuencia de la falta de acceso a la justicia o de que la justicia no haya sido pronta y cumplida, sino que obedecen a otras causas: Instigación por parte de ex patrulleros de auto defensa civil (ex PAC), hostigamiento religioso, impulsos sadomasoquistas a nivel de poblaciones desgarradas por la opresión y la violencia, bajos niveles de desarrollo humano, etcétera. Aunque algunos lo justifican con vehemencia, el linchamiento es otra manifestación de la violencia que estamos viviendo y otro síntoma de descomposición de la sociedad.

16 October 2008

Atrapan a presunto ladrón

Ahora en San Pedro Jocopilas, El Quiché. Información del reportero de Emisoras Unidas en dicho lugar: presunto ladrón fue atrapado por miembros de la comunidad, y ha sido atado de pies y manos. Se han "tocado las campanas" del pueblo para convocar al resto de la población.

10 October 2008

Vapuleados por robar teléfono

Emisoras Unidas ha informado del linchamiento de dos presuntos delincuentes en El Pajón, Santa Catarina Pinula (Departamento de Guatemala). Fueron vapuleados después de robar un teléfono celular.

06 October 2008

Azotes a presunto criminal

Emisoras Unidas ha reportado que en Uspantán, Quiché, un hombre fue azotado por la población. Corresponsal hizo referencia a "castigo maya".

27 September 2008

Dos hombres fueron linchados en San Raymundo

Por Julio F. Lara
Prensa Libre (27 sep 08)


Carlos Alfredo Marota Requena, de 16 años, y otro hombre fueron linchados por una turba, ayer, a las 14 horas, en la finca La Concepción, kilómetro 42.5 de la carretera a San Raymundo, Guatemala, señalados de haber asaltado una gasolinera.

Los Bomberos Voluntarios intentaron auxiliar a los presuntos asaltantes, pero decenas de vecinos que, en su mayoría, se cubrían el rostro con gorros pasamontañas se los impidieron.

El guardián de la finca, quien se negó a proporcionar su nombre, por temor, les permitió el ingreso a los socorristas y a la Policía, a eso de las 15.30 horas, cuando los hombres ya habían muerto.

Los dos cadáveres, que yacían tirados en un camino de la finca, tenían lazos en el cuello, estaban politraumatizados y presentaban heridas de bala.

Carlos Hernández, jefe de la subestación policial de San Raymundo, informó que había indicios de que los presuntos asaltantes habían sido arrastrado varios metros antes de que les dispararan.

Algunos vecinos que participaron en el linchamiento amenazaron con vapulear a reporteros de diferentes medios si los fotografiaban o grababan en video.

El guardián de la finca se limitó a decir que se encontraba almorzando y no vio nada.

“Sólo escuché la bulla, pero decidí quedarme en mi casa. Cuando noté que todo estaba calmado, salí y vi a las dos personas tiradas”, relató.

Se sabe que la turba detuvo a los dos hombres cuando asaltaban la gasolinera situada en la entrada al municipio; sin embargo, cuando la Policía entrevistó al encargado del negocio, éste lo negó. “Yo no estaba aquí”, respondió.

Ningún vecino proporcionó información de lo ocurrido.

Detalles de otros linchamientos

El 16 de septiembre del 2008, Cristóbal Xicay Pérez, de 22 años, murió linchado por una turba, frente a la Municipalidad de Yepocapa, Chimaltenango. Fue señalado de, junto con otros seis individuos, haber asaltado un autobús y violado a cuatro mujeres.

De enero a la fecha se ha linchado a 23 personas. En ese tiempo, la PDH y la Policía han evitado que 45 personas mueran de esa manera, en 10 departamentos.

24 September 2008

Nueva Directora de la Policía Nacional Civil

Carlos A. Mendoza

Hoy Emisoras Unidas entrevistó a la nueva Directora de la PNC en Guatemala, Marlene Blanco. Respecto a los linchamientos, la Directora expresó brevemente algunas ideas:

Los linchamientos son una "falta de respeto institucional". Supongo que se refiere a que cuando la gente "hace justicia con sus propias manos" pasa por encima de todo el marco institucional del país (leyes, autoridades).

Recordó que el linchamiento es un "delito". Aunque no está tipificado de manera precisa como tal, quiere decir que la población debe estar sabida de las implicaciones de sus actos de violencia colectiva.

Agregó que la víctima, el supuesto delincuente, no es el único afectado, pues "se ataca también al Estado" (estaciones de Policía, patrullas, y sus agentes).

Enfatizó que “no es la forma de arreglar los problemas.” Lo que la población debe hacer es "llevar [al supuesto delincuente] a la Policía y acompañar la denuncia frente a los jueces" porque de lo contrario no se puede demostrar su culpabilidad y será puesto en libertad.

17 September 2008

Cinco linchamientos al mes se reportan

Por Luis Ángel Sas
elPeriódico (17 sep 08)

La oficina del Procurador de los Derechos Humanos (PDH) afirma que mensualmente ocurren, en promedio, cinco casos de linchamiento, en los que las personas, ante la falta de pronta justicia, deciden tomarla en sus manos.

El director de Incidencia Pública de la institución, Rolando Yoc, refiere: “Las estadísticas que manejamos dicen que hay un promedio de cinco casos al mes. La mayoría se presenta en el occidente del país: Sololá, Totonicapán y Quiché. En el departamento de Guatemala han ocurrido en San Juan Sacatepéquez”, dice.

Ayer por la mañana, los habitantes de San Pedro Yepocapa, Chimaltenango, lincharon a un supuesto delincuente, además de causar destrozos en el lugar, luego de enterarse que varios hombres violaron a dos jóvenes de 12 y 13 años y asaltaron a los usuarios de un autobús extraurbano que se dirigía hacia la ciudad.

Esto fue lo que acabó con la paciencia de las habitantes de esa población. “Que roben pasa, pero lo que hicieron con las niñas no”, dijo uno de los vecinos que gritaba ayer.

Posteriormente fueron a la casa de uno de los supuestos maleantes. Lo sacaron a la fuerza, lo llevaron a la plaza, lo interrogaron y después lo rociaron con gasolina y le prendieron fuego.

Después, la turba decididió que no era suficiente, y que también debían castigar a los policías por su supuesta “complicidad” en los hechos. Acto seguido decidieron destruir la Subestación de la Policía Nacional Civil (PNC) y los agentes policíacos debieron huir del lugar.

Mejorar el sistema de justicia sería una de las soluciones para evitar linchamientos, según Yoc.

Claudia Samayoa, de Convergencia de Derechos Humanos, señala que se debe tener en cuenta varios factores para evitar este tipo de hechos. “Tener una investigación criminal efectiva, además de una auxiliatura del Ministerio Público que trabaje eficientemente. Pero también tener una Policía no corrupta, que se apegue a las necesidades de la población, y crear espacios de convergencia entre sociedad civil y Estado como prevención”, sugiere como solución Samayoa.

Leer más y ver video en www.prensalibre.com

elPeriódico también adjuntó video (imágenes de Alex Cruz)

16 September 2008

Supuesto delincuente muere linchado en San Pedro Yepocapa

Por Carlos Paredes
Prensa Libre (16 sep 08)

Un presunto delincuente fue linchado por habitantes de San Pedro Yepocapa, Chimaltenango, al que acusaban de haber participado en el asalto de un bus y la violación de dos jovencitas. La turba también había incendiado la subestación de la Policía Nacional Civil (PNC), e herido a un oficial.

El fallecido fue identificado como Wilmer Chicay, quien fue capturado por los pobladores en la aldea Las Cruces y llevado frente al edificio de la municipalidad de la localidad.

En un escenario que había sido construido para las celebraciones del 15 de septiembre, los pobladores interrogaron al sujeto quien confesó los nombres de sus dos cómplices, Walter Mux y Édgar Coc.

El hecho por el que se les acusa ocurrió a eso de las 2.30 horas, cuando los sujetos, armados, despojaron de sus pertenencias a los pasajeros de un bus de los transportes Belmont y violaron a dos jóvenes, una de 17 años y otra de 20.

Después del hecho, los ocupantes de otro bus que era conducido en sentido contrario auxiliaron a los pasajeros de la unidad asaltada y los delincuentes escaparon del lugar.

Tras haber detenido a Chicay, los pobladores lo interrogaron y le colocaron un lazo alrededor del cuello para posteriormente bajarlo de la tarima y vapulearlo con palos y hierros hasta causarle la muerte.

Además de este hecho, los pobladores habían quemado la subestación de la Policía Nacional Civil (PNC), ya que de acuerdo a los vecinos, en la última semana se han producidos cinco asaltos y los agentes policiales nunca actuaron, por lo que consideran que son cómplices de estas acciones.

Agentes de la PNC de una subestación de Escuintla se dirigieron al lugar para prestar apoyo pero fueron recibidos a pedradas, acción en la que resultó herido el subinspector Antonio Aldana.

Unas 800 personas permanecían congregadas esta mañana en el parque central de la localidad en espera de una respuesta por parte del Gobierno, ya que solicitan la presencia del Ejército en vista de que no tiene confianza en la PNC.

En lo que van del año han ocurrido varios linchamientos y pobladores han quemado subestaciones de la Policía en en varios municipios como la de San Juan Alotenango, Sacatepéquez.

Linchamiento en San Pedro Yepocapa

Emisoras Unidas ha reportado, hace algunos minutos (10:45 am), que se ha consumado un linchamiento en San Pedro Yepocapa, Chimaltenango.

La turba detuvo a un presunto asalta-buses, lo golpeó para que denunciara a los demás miembros de su banda, y finalmente lo mataron frente a cientos de personas.

Vecinos enardecidos queman subestación de PNC en Chimaltenango

Emisoras Unidas (16 sep 08)

Unos 200 vecinos enardecidos quemaron subestación de La Policía Nacional Civil ubicada en San Pedro Yepocapa, Chimaltenango.

La turba enardecida protesta por la ola de violencia que impera en el lugar y que en horas de la mañana fue asaltado un autobús extra urbano, además, se denuncia el abuso sexual de 3 jóvenes mujeres.

El alcalde del municipio, Samuel Ajín, califica de lamentable la situación de inseguridad que se vive en dicha localidad, ya que son víctimas de asaltos, secuestros y violaciones.

Además, llamó a la población a la calma, y dijo que habrá una reunión con autoridades locales para lograr una solución a este problema mientras esperan una respuesta del Gobernador departamental.

Asimismo, nuestro corresponsal en el lugar indica que el agente Antonio Aldana fue herido de bala en el lugar.

El vocero del Ejército, Coronel Jorge Ortega, indica que un fuerte contingente de soldados se dirige al lugar para tratar de reestablecer el orden.

Prensa Libre

Una multitud incendió la subestación de la Policía Nacional Civil (PNC), en San Pedro Yepocapa, Chimaltenango, luego que se denunciara la violación de tres menores y los pobladores no pudieran hacer justicia con sus propias manos luego que los acusados fueran detenidos por las autoridades.

Hasta el momento los bomberos no han podido ingresar al municipio para contener el incendio declarado en la subestación, indicó José Rodríguez, vocero de los Bomberos Municipales, en declaraciones a Emisoras Unidas.

Samuel Ajín, alcalde del lugar, dijo a la citada radioemisora, que es lamentable la situación de inseguridad que se vive en ese municipio, ya que el pueblo sufre de asaltos, secuestros y violaciones.

El pueblo tomó medidas y protesta para saber qué pasará con la seguridad, agregó el jefe edil.

El alcalde dijo que llamó a la población a la calma, agregó que hay una reunión con las autoridades locales para lograr una solución a este problema mientras se espera respuesta del gobernador departamental.

Sobre el personal de la subestación, Ajín dijo que los agentes escaparon y no hay nadie retenido.

Turba hiere a oficial de la PNC en San Pedro Yepocapa

Un subinspector de la Policía Nacional Civil (PNC) fue herido por la turba que permanece reunida en el casco urbano del municipio de San Pedro Yepocapa, Chimaltenango.

Horas antes, la misma turba incendió la subestación de la PNC luego que se denunciara la violación de dos menores y los pobladores por parte de varios sujetos.

El oficial herido es Antonio Aldana, quien está a cargo de la subestación de la PNC en Santa Lucía Cotzumalguapa, Escuintla, y que había llegado a apoyar las acciones de las autoridades en ese lugar.

Por Carlos Paredes, Prensa Libre.

10 September 2008

Vecinos aplican justicia con sus manos

Prensa Libre (10 sep 08)

Cansados de la inoperancia del sistema judicial, vecinos de distintos municipios han optado por hacer justicia por su cuenta y han capturado, azotado y vapuleado a presuntos integrantes de bandas delincuenciales.

En las últimas 72 horas, nueve hombres, entre los que figura un menor de edad, fueron castigados por pobladores de Tactic, Alta Verapaz; Antigua Guatemala, Sacatepéquez, y Santa Bárbara, Huehuetenango.

El Comité de Seguridad de Tactic, Alta Verapaz, detuvo a cinco presuntos asaltantes a quienes intentó quemar vivos.

Rodrigo Salguero Godoy, jefe de operaciones de la Comisaría 51 de la Policía Nacional Civil (PNC), comentó que los detenidos son Julio Aníbal Peña Arango, de 26 años; Hugo Haroldo Ayala Villela, 35; Marvin Arana Godoy, 37; Faustino Alvarado Tecú, 36, y Reyes Noé Jesús Fabián, 23. Éste fue vapuleado por vecinos.

Agregó que los detenidos, quienes se desplazaban en un taxi, son sindicados de haber cometido asaltos en las carreteras a las Verapaces.

La PNC cateó un hotel donde se hospedaban los cinco hombres y les incautaron una pistola calibre 9 mm, un revólver calibre 38 y tres uniformes, y cinturones, gorras y boinas similares a los que usa la PNC.

En Sacatepéquez

José Luis Castillo Aguilar, 27, y Julián Armira Quiñónez, 34, fueron detenidos y golpeados por pobladores y vendedores del Mercado Terminal de Antigua Guatemala que los acusan de pertenecer a una banda de ladrones de carros.

Comerciantes se percataron de que Castillo intentaba abrir un vehículo que minutos antes había estacionado una mujer, y fue allí donde lo detuvieron.

Durante varios minutos lo golpearon y amenazaron con quemarlo, por lo que éste decidió revelar la identidad de su cómplice.

Guardias del centro de acopio, vendedores y pobladores lo encontraron dentro del mercado y también lo agredieron.

“La próxima vez que atrapemos ladrones, los quemaremos vivos. Ya nos cansamos de que la PNC los capture y los jueces los dejen libres, pues a los pocos días vuelven a delinquir”, explicó un vecino que pidió el anonimato.

Aníbal Sales García, 20, y un menor de 15 años, fueron azotados por habitantes del caserío Sunal, aldea Sacpic, Santa Bárbara Huehuetenango, tras haber confesado que intentaron robar a Kevin Orlando Godínez Gómez, 2, por quien les pagarían Q25 mil.

Los comunitarios aseguraron que, si dejan en libertad a los detenidos y los vuelven a ver en la aldea, harán justicia con mano propia.

Uno de los dirigentes, que no quiso ser identificado, informó que por ahora solo han aplicado un castigo por los delitos que, supuestamente, han cometido los detenidos, pero en futuras ocasiones los castigos serán mayores.

03 September 2008

Presuntos asaltantes se salvan de ser linchados

Por Mike Castillo
Prensa Libre (3 sep 08)

Huehuetenango, Santa Bárbara. Cuatro presuntos asaltantes, entre éstos un menor de edad sindicado de violación, fueron retenidos y vapuleados ayer por unos 200 vecinos de la aldea Chicol en la entrada principal a esta localidad.

Los detenidos son los hermanos Héctor Ernesto y Venancio Israel García Matías, ambos de 18 años, Marvin Gómez Sánchez, 18, y un menor de 17.

Pobladores llevaron a los presuntos delincuentes a un costado de una iglesia evangélica de la comunidad, donde los exhibieron durante varios minutos.

Luego, los abofetearon y patearon. Además, les pegaron con mangueras de plástico y lazos.

Según vecinos, los cuatro hombres son responsables de saquear cinco viviendas de esa aldea, y uno de ellos es sindicado de haber abusado sexualmente de la propietaria de una tienda en la que también robaron.

Los comunitarios aseguraron que el castigo lo hacen ellos, porque están cansados de la inoperancia de la Policía Nacional Civil y del sistema de Justicia.

Recordaron que los presuntos delincuentes son capturados, a los pocos días quedan libres y continúan en hechos delictivos.

Mario Carillo, presidente de la Junta Local de Seguridad, aseguró que no confían en las fuerzas de seguridad, por lo que optaron por aplicar el castigo comunitario. Añadió que mujeres cuyas propiedades fueron saqueadas se encargaron de golpear a los malhechores.

Los hechos

Según Carillo, todo comenzó la noche del lunes recién pasado cuando una patrulla de vecinos sorprendió al menor de edad cuando disparaba al aire.

Los comunitarios le quitaron el revólver y éste declaró que pertenecía a una banda delincuencial y reveló los nombres de sus supuestos cómplices.

Los comunitarios se organizaron y fueron a la casa de los hermanos García, a quienes sacaron a golpes y llevaron a la carretera donde pasaron la noche.

Aceptan culpabilidad

Ayer por la mañana, los tres hombres fueron vapuleados y obligados a revelar la forma en que delinquían.

Uno de ellos aceptó que son los responsables de la ola de robos ocurrida durante los últimos 15 días y de haber violado a una de sus víctimas.

Explicó que los objetos que robaron se los entregaron a su jefe, a quien solo conocen como Édgar, que vive en Cambote, zona 11 de Huehuetenango.

El menor de edad dijo que conocía la casa de otro de sus cómplices y, con unos 25 hombres, fueron al casco urbano de Santa Bárbara.

Allí ubicaron a Gómez Sánchez, a quien llevaron al sitio donde permanecían los hermanos García.

Los pobladores continuaron con la golpiza y amenazaban con linchar a los supuestos delincuentes.

Una delegación integrada por la Comisión Presidencial de Derechos Humanos (Copredh), Procuraduría de los Derechos Humanos (PDH) y el jefe de la Comisaría 43 de la PNC llegó al lugar para dialogar con los dirigentes y lograron que los tres hombres fueran entregados a las autoridades para su encarcelación.

El delegado de Copredeh Viron Herrera informó que se acordó con los dirigentes comunitarios que, después de haber aplicado el castigo comunitario, serían entregados a la fuerza pública, lo cual se cumplió al filo de las 15.30 horas.

Según Herrera, es preocupante que se violen los derechos de las personas; sin embargo, contra una turba no pueden hacer mayor cosa.

Érick Villatoro, de la PDH, aseguró que en el 2008 ha habido unos 12 intentos de linchamiento. Aseguró que la población debe buscar procedimientos legales para que sean las instancias del Gobierno que se encarguen de castigar a los presuntos delincuentes.

01 July 2008

Linchamiento en el Mezquital, Villa Nueva

Emisoras Unidas

Se informó que en el campo de fútbol de dicha localidad, cercana a la Ciudad de Guatemala, un joven fue linchado después de atacar a tiros a otro muchacho que estaba jugando con sus amigos.

La Policía Nacional Civil lo rescató y lo trasladó al hospital. Los bomberos atendieron al otro joven herido de bala.

18 June 2008

Tratan de quemarlo

Por Mike Castillo
Prensa Libre

Huehuetenango. Un presunto ladrón fue vapuleado la tarde del lunes recién pasado por pobladores del mercado La Placita, zona 1, luego que lo sindicaran de que había asaltado a una mujer indígena.

José Luis Chic Hernández, de 20 años, originario de Totonicapán y residente en El Edén zona 7 de esta ciudad, intentó robar Q500 a Magdalena Francisco Salvador. Sin embargo, ésta pidió auxilio a vecinos que se encontraban en ese centro de acopio, quienes lo capturaron, vapulearon y rociaron con gasolina.

Gracias a la intervención de la Policía, Chic Hernández se salvó de ser quemado vivo. Pedro Lucio Samayoa, vocero de la Comisaría 43, declaró que el detenido fue reconocido por comerciantes, quienes aseguran que se dedica a asaltar a transeúntes.

31 May 2008

Crimen y castigo

Por Jaime Francisco Arimany Ruiz
Prensa Libre

Hace unas tres semanas, camino a mi ofi-cina, venía escuchando radio en mi automóvil; al cambiar de estación y pasar por una de ellas, escuché una narración que, por el tono afligido de voz, llamó mi atención. En ella, un locutor estaba informando que tenían amarrados a dos presuntos asaltantes y que les habían rociado gasolina.

También narraba que la autoridad policíaca estaba solo observando, pues era un número muy pequeño, en comparación con la turba que rodeaba a los supuestos criminales. De repente se escuchó un grito desgarrador, y el locutor, con voz a punto de llanto, informaba que le habían prendido fuego a uno de ellos, quien, en esos momentos, era devorado por las llamas.

También indicaba que el otro, en su desesperación, había logrado zafarse de sus ataduras y escabullirse de quienes lo tenían sujeto. En esos momentos lo perseguían y le daban alcance los captores, quienes no pudieron aplicarle la llama fatal, pues, ante el impacto de tan horrendo acto, gran parte de las personas presentes empezaron a dispersarse, lo cual aprovechó la Policía para intervenir y evitar su linchamiento.

Han pasado muchos días, se escribieron algunos artículos, pero no vi, por lo menos en un punto destacado de los medios, las declaraciones de aquellos que pregonan y responden con airados artículos, defensores de los derechos humanos y religiosos, estar en contra de la pena de muerte a través de la ley.

Pareciera que estas personas, indiscutiblemente con buenas intenciones, se oponen a una pena de muerte ordenada por los tribunales de justicia en contra de criminales que han tenido derecho a la defensa en juicio, pero no se pronuncian con la misma intensidad contra el asesinato cometido contra presuntos criminales, que no tuvieron el derecho de defenderse para demostrar su inocencia.

Es cierto que la pena de muerte en el sistema de justicia de un país no disuade a todos los criminales, pero estoy seguro de que la gran mayoría de potenciales secuestradores y asesinos si supiera que el sistema de defensa ciudadana de un país contempla la pena de muerte, se tiene un buen sistema policial, se va rápidamente a juicio y se aplica inmediatamente la pena, se abstendría de cometer su crimen.

Si no lo cree, ¿por qué los criminales la aplican para hacerse respetar o para convencer a sus contrincantes de no ingresar en su territorio, etc. etc.?

No podemos estar en desacuerdo con que si se tienen cárceles donde los criminales no se escapen y donde realmente reciban un castigo ejemplar, se puede lograr que desistan de sus aviesas intenciones, pues estar encerrado en una cárcel de máxima seguridad, de por vida, como algunas que hay en Estados Unidos, puede ser para muchos peor castigo que la pena de muerte.

Es indiscutible que la razón principal del castigo no debe ser la venganza por el delito, sino el ejemplo a los miembros de la sociedad, para disuadir a los criminales. Lo peor que le puede pasar a una sociedad es que los actos criminales sean ignorados.

La educación y la oportunidad de crecimiento económico, acompañado por principios sociales y religiosos establecidos por la mayoría de las sociedades, son los pilares que sirven de sostén a las mismas, para que sus integrantes vivan en paz y armonía.

28 May 2008

De los linchamientos

Por Sam Colop
Prensa Libre

Es muy fácil acusar que los linchamientos ocurren más en poblados “incivilizados”, es decir, en la mentalidad de otros, significa comunidades mayas. Sin embargo, el maestro Edelberto Torres Rivas nos ilustra que el primer linchamiento ocurrió en el parque central, cuando un lustrador le robó la cartera a otra persona, y estudiantes lo agarraron a patadas hasta matarlo. Aquí hay que agregar que otro acto de “civilidad” ocurrió en la Usac, en los años 80, cuando a un supuesto “oreja” lo quemaron. En otras palabras, lo “incivil” no deviene de pueblos indígenas.

Más para mal ejemplo, estos actos también ocurren en poblados indígenas. Si fue lo que otros llaman el “glorioso” Ejército de Guatemala que dio el ejemplo de quemar gente o si fueron los otros, el hecho es que estos actos ocurren. Son, por supuesto, actos salvajes, y no son exclusivos de pueblos mayas. Si de asesinatos hablamos, el Ejército de Guatemala se lleva la “medalla de honor” en asesinatos, masacres y otros crímenes de lesa humanidad. De eso hay sinvergüenzas y asesinos que se enorgullecen de esa entidad, que es un costo demás para el país. No hay manera de que a través de un gobierno supuestamente socialdemócrata las cosas vayan para adelante, más bien vamos de mal en peor.

Pero volviendo a los linchamientos, unos indican que éstos devienen de un ejemplo militar; lo más seguro es que sí, y algunas comunidades siguen con la “práctica” como si fuera “fiesta” quemar a un vecino. El “brazo tunco” de la justicia, como se identifica a la Policía Nacional, siempre está ausente, ya sea por miedo a los vecinos. Y hablando de matanzas, mañana se conmemora la masacre de Panzós, cometida por el supuesto “glorioso Ejército de Guatemala”, partida de asesinos que ahora algunos han sido contratados como sicarios de narcos.

Bueno, viene esto al caso, porque mañana se presenta en el Musac una exposición de fotografías, textos, pinturas de un autor guatemalteco, que también ha presentado su trabajo en Canadá, que de alguna manera recupera testimonios de las masacres, genocidios y violaciones a los derechos humanos durante el conflicto armado interno y como también de alguna manera puede ayudar a dar a conocer la historia de Guatemala a las nuevas generaciones.

Je wa kinbij apanoq: Nimko qe qxajilil o che kyim tuj q’oj, jatxix ttzajlenqe kyimlen tej kyul qe mos tuj tx’otx’ twitz paxil bix tej tpon be tuj qe tnam. O che aq’unan kyuwxix, o tz’el q’in kytx’otx’, bix o tz’el q’in qe kyawal, axtzun o bant kyij tej tzaj q’oj kyu’n qe sol kyuk’il b’etil tja’q’ k’ul, at qe xjal min tix kyil noqtzun tten o che kyub byo’nqe.

25 May 2008

La antítesis de la justicia

Por Kenia Herrera
Directora del Departamento de Capacitación del Instituto de Estudios Comparados en Ciencias Penales de Guatemala

Publicado en Prensa Libre

Los linchamientos en ningún momento pueden constituir una expresión de justicia de la sociedad, a pesar de que en algunos informes se haya considerado como una forma de “justicia por mano propia”.

El diccionario de la Real Academia Española define el linchamiento como “la acción de ejecutar sin proceso y tumultuariamente a un sospechoso o reo”. Como se puede advertir, el contenido semántico de la palabra no hace referencia a ningún elemento de justicia, sino, por el contrario, refleja un acto de barbarie que niega a los ciudadanos el principio fundamental de sujeción a un “juicio previo” para poder sancionar a un reo o persona sospechosa de criminalidad.

Aun cuando para la ciudadanía los linchamientos puedan ser considerados como una modalidad de justicia social, frente a la incapacidad de las instituciones del Estado y sus autoridades para sancionar a los sospechosos por hechos criminales, es importante advertir que esta práctica atenta, incluso, contra quienes pretenden justificarlo.

En primer lugar, niega el derecho a un juicio previo a la sanción, que se constituye como la base fundamental para evitar la arbitrariedad y anarquía dentro de la sociedad; en segundo lugar, quienes admiten estos actos pueden, incluso, llegar a ser víctimas, con lo que generan mayor inseguridad de la que se pretende reprimir.

En el contexto guatemalteco, en la mayoría de los casos la práctica de los linchamientos parte de la simple sindicación de la comisión de un hecho considerado como delictivo. Una persona o grupo de personas persigue y detiene al sospechoso, a fin de someterlo a agresiones físicas, que incluso han llegado a producir la muerte.

Los actos de barbarie producidos por el tumulto que participa del linchamiento han llegado a mostrar alto grado de crueldad y desprecio a la vida.

Tales actos de desprecio a la integridad de las personas se han justificado en asaltos, atropellos por vehículo, hecho político, brujería, hurtos y robos. Dicho en otras palabras, el robo o hurto de una cosa se cobra con el sufrimiento y la vida del supuesto delincuente.

Sin duda, la ineficiencia del sistema de justicia constituye uno de los factores centrales que han sido esgrimidos para justificar los linchamientos. Sin embargo, prácticas de esta naturaleza solamente acentúan el grado de ingobernabilidad del país y la incapacidad de la sociedad para establecer mecanismos pacíficos que coadyuven a la reconstrucción del tejido social.

Los linchamientos, un fenómeno social

Por Mildred Luna Lazo de Espina
Coordinadora del Programa Educativo del Organismo Judicial

Publicado en Prensa Libre

Los linchamientos no son nuevos. En la historia se les conoce desde tiempos inmemorables. Su nombre se debe a un coronel norteamericano llamado Charles Lynch, quien organizó a ciudadanos destacados de la región de Virginia para que actuaran contra unos conspiradores pro británicos, en 1780.

A partir de este hecho se derivó el verbo linchar, y el sustantivo linchamiento, hoy universalmente aceptados. El concepto de linchamiento conlleva básicamente dos ideas: dar muerte a un sospechoso o un reo sin el debido proceso y en forma tumultuaria; es decir, en masa o en grupos numerosos de personas.

En este fenómeno inciden diversos aspectos: sociales, psicológicos, económicos, políticos y culturales, y, paradójicamente, luego de la firma de los acuerdos de paz en Guatemala, en 1996, empieza a tomar notoriedad.

Los linchamientos ocurren como reacción emocional de un grupo de personas ante un hecho delictivo, por lo general, promovido por líderes que instan a hacer una “justicia de urgencia”, sin considerar que esta acción les lleva a cometer un delito grave.

Se ha demostrado que el linchamiento afecta gravemente la salud mental y emocional de los habitantes, fomenta la cultura de violencia y la inseguridad y daña la imagen local, que repercute en la visita de turistas nacionales y extranjeros, y, en algunos casos, crea un ambiente de anarquía.

Desde el año 1999 surge el Programa Educativo del Organismo Judicial, dirigido a la población guatemalteca, y cuyo objetivo principal es dar a conocer y fomentar en la población los aspectos relacionados con derechos y deberes de las personas; mecanismos formales y alternativos de resolución de conflictos, y propiciar la confianza en la efectividad y moralidad del sector justicia; entre sus específicos: prevención de delitos, faltas y transgresiones a la ley.

El Programa Educativo cuenta con el subprograma de Prevención de Linchamientos, dirigido a los adultos, cuyo objetivo es contribuir a la educación y concienciación de la población, para evitar la participación en este fenómeno social.

En los procesos formativos, capacitaciones, talleres y encuentros entre las autoridades judiciales y los líderes comunitarios, se orienta a las personas en el conocimiento básico de las leyes, los derechos y obligaciones del ciudadano y se fomenta la necesidad de buscar el apoyo de las autoridades ante la comisión de un delito o falta cometidos por una o varias personas.

Este subprograma es una propuesta de solución al fenómeno, que bajo ningún concepto debe ser aceptado por la sociedad guatemalteca, no solo por ser una negación a la aplicación de la justicia y no permite el estado de Derecho, sino, primordialmente, porque atenta contra la vida del ser humano.

La cultura de hacerse justicia por mano propia

Por Gabriela Barrios
Prensa Libre

Edelberto Torres-Rivas es doctor en Sociología, dirige el programa de maestría de la Facultad Latinoamericana de Ciencias Sociales (Flacso) y es asesor en temas de desarrollo humano del Programa de Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD).

De 1998 al 2002 documentó el fenómeno de los linchamientos, y lo analizó como un efecto de la posguerra.

“Es en el interior de esos escenarios en los que no se han desmontado totalmente los mecanismos del horror en donde ocurren los linchamientos en Guatemala”, señaló en el 2002.

Seis años más tarde, el fenómeno sigue presente en la sociedad guatemalteca y cobra fuerza con prácticas cada vez más crueles y despiadadas.

Sólo la semana pasada ocurrieron tres casos de linchamiento en dos días. Uno, en Chimaltenango, en donde un supuesto ladrón fue amarrado a un camión y arrastrado por las calles. Éste murió a consecuencia de las heridas. Un día después, en Sololá, un hombre y el supuesto jefe de la banda para la que éste trabajaba fueron juzgados y sentenciados a morir quemados. El ladrón salvó la vida, a pesar de las serias quemaduras, mientras que el supuesto líder de la banda se calcinó ante la mirada de más de 500 pobladores que impidieron que los bomberos y la Policía intervinieran.

Estos dos incidentes son parte de los 20 casos que el Programa de Prevención de Linchamientos, del Organismo Judicial, ha contabilizado en lo que va del 2008.

Torres-Rivas retoma el análisis de lo que él califica como una clase magistral de maldad para las futuras generaciones.

¿Cómo analiza los hechos ocurridos la semana pasada: tres linchados en dos días?

El fenómeno que a mí más me preocupa es que la población se acostumbre a ver actos de crueldad y no se inmute, tal como ocurrió en la época de terror en Francia. Allí veían la decapitación de los nobles, que morían en la guillotina, y aplaudían. El fenómeno de la muerte vista por la colectividad es un fenómeno viejo. Las masas se entusiasman por un contagio patológico en el que deshumanizan a la víctima y después la matan.

Han transcurrido seis años desde que usted publicó un análisis sobre los linchamientos, pero el fenómeno sigue presente. ¿Qué sucede, por qué en lugar de disminuir o desaparecer pareciera cobrar fuerza?

Este año ha habido un recrudecimiento de todos los fenómenos de violencia. El número de secuestros se ha duplicado, el número de robos de automóviles aumentó, los robos a los transportes de valores habían desaparecido, y recientemente vimos uno, perpetrado con todo el profesionalismo del caso.

Esto obedece al clima que crea la llegada de un nuevo gobierno, que pareciera aflojar la legalidad. En un ambiente así, en el que todos los delitos van en aumento, los linchamientos son también parte de ello. Es un fenómeno de violencia en aumento, pero es realmente muy grave.

En los casos de linchamiento difícilmente hay capturas o se señala a responsables; se culpa a la masa, y esto a la vez fomenta la impunidad.

Los linchamientos últimos tienen un rasgo distinto de los primeros que analizamos. Por lo que he leído, en éstos aparece siempre un liderazgo, son una o dos personas las que mueven todo, mientras que en los primeros era la masa la que actuaba. Lo que más me preocupa es que 500 o mil personas aplaudan eso, y si no lo celebran, al menos lo aceptan. Eso educa de una manera perversa el sentido de humanidad. La diferencia entre un animal y los hombres no es que aprendamos a leer, es el sentido de piedad. El sentimiento de piedad es netamente humano.

Un linchamiento es una clase magistral de maldad, y es terrible, por los niños y jóvenes que presencian eso.

¿Qué papel juegan las autoridades, que se limitan a observar y esperar a que la población les permita actuar?

Este fenómeno tiene una característica, y es que es muy contagioso. Cuando las masas están excitadas, puede ocurrir cualquier cosa. Un grupo señala a un individuo como el ladrón, y en un minuto todos lo creen. Cuando eso ocurre, no hay autoridad para la que sea posible controlarlo.

Siempre se dice que los linchamientos son la consecuencia de un sistema de justicia poco efectivo, pero ¿es esa una justificación?

No creo que esa sea la causa, porque si fuera así, primero debería agotarse la vía de la justicia y probar que no existió. La mayor parte de linchamientos ocurre en pueblos indígenas. En el estudio que se hizo no concluimos en que exista una relación entre comunidades indígenas y linchamiento, ni que esto sea parte de la cultura indígena, pero ocurre en una buena cantidad de municipios indígenas. ¿Será porque no hay suficiente cantidad de policías?, ¿será porque allí no se ha hecho justicia? Tampoco hay una relación directa entre las zonas donde hubo guerra y los lugares donde ocurren los linchamientos. Yo siempre recuerdo el dato de que el primer linchamiento que hubo en Guatemala ocurrió en el Parque Central. Un lustrabotas le robó la cartera a un señor, y un grupo de estudiantes que estaba allí, lo agarraron a patadas hasta matarlo. El primer linchamiento fue ladino, urbano, y ocurrió en la ciudad de Guatemala.

Entonces, ¿a qué obedecen?

Parecieran formar parte de una cultura en formación en Guatemala, que es ejercer justicia por mano propia, algo que en muchos sectores ya se viene haciendo, personas que mandan a matar al otro. Esto ocurre en una sociedad donde no hay justicia, donde el Estado es débil.

La primera justificación del Estado es darle seguridad a los ciudadanos, y si no la da, la sociedad se la toma, y es lo que está ocurriendo aquí. Los linchamientos son un reflejo pálido de las barbaries que ocurrieron en el pasado.

¿Observa diferencias —en cuanto a las motivaciones o las formas— entre los linchamientos que ocurren actualmente y los que analizaba hace 10 años?

Ahora aparecen con un liderazgo más organizado. Existen iniciativas personales, y es allí en donde tiene que haber responsables y deben ser juzgados. En cada linchamiento hay culpables. Salvo que me equivoque y la masa sea la que lo decida, en los linchamientos que han ocurrido recientemente hay culpables directos. Siempre hay alguien que tiene listo el tambo de gasolina y quien da el fosforazo...

¿Cómo definiría el perfil de quienes son linchados?

Por lo general son hechores de robos pequeños. Cuando el delito es grande es porque se robaron una vaca o un carro. Recuerdo del caso de una señora a la que lincharon porque se había robado un pañuelo... por un pañuelo la mataron. En Guatemala se castigan los delitos menores: un pañuelo, cinco pantalones, una bolsa de pan… ¿y los grandes delitos?, ¿y los grandes robos?

¿Qué queda por hacer, qué instituciones deben tomar la responsabilidad de trabajar para que algún día los linchamientos desaparezcan?

El Estado debe retomar una campaña de educación muy grande en el interior del país, pero hay dos instituciones que tienen en este momento la mayor eficacia, que son las iglesias Católica y la Evangélica.

Será clave dar a conocer en el interior del país que los linchamientos están siendo castigados, que el Organismo Judicial es la institución encargada de castigar ese delito.

Cifras del 2008

20
linchamientos han ocurrido del 1 de enero al 23 de mayo del 2008.

43
personas han sido víctimas de este flagelo; de ellas, 37 eran hombres, y 6 mujeres.

10
son los departamentos en los que este fenómeno ha ocurrido. De éstos, Quiché concentra el mayor número de casos, con 4.

Un problema que se repite

Cifras del Programa de Prevención de Linchamientos:

• 2004: 78 casos; 127 víctimas, con un saldo de 114 lesionados y 13 muertos (todos hombres).

• 2005: 61 casos; 126 víctimas, con saldo de 105 heridos y 21 muertos (una mujer y 20 hombres).

• 2006: 33 casos; 67 víctimas, con saldo de 54 lesionados y 13 muertos (una mujer y 12 hombres.

• 2007: 43 casos; 80 víctimas, con saldo de 66 lesionados y 14 muertos (una mujer y 13 hombres).

24 May 2008

Crímenes populares

Por Gonzalo de Villa
Prensa Libre

Ya desde hace años los índices de delincuencia en el país se han disparado hasta niveles insufribles para la población en general en todo el país. Ello hace que cuente con altos grados de aprobación entre la ciudadanía desesperada una serie de prácticas de combate al crimen que incluyen la limpieza social y los linchamientos.

Desde el año pasado, y por primera vez en mi vida, vivo en el interior del país y tengo responsabilidad eclesial en los departamentos de Sololá y Chimaltenango. Ambos departamentos fueron noticia la semana pasada a causa de linchamientos de delincuentes a manos de turbas enfurecidas. La crueldad con que los linchamientos ocurrieron alimenta el morbo popular, pero también aplaca la sed de justicia y, por qué no decirlo, también de venganza entre amplios sectores de la población.

Si los linchamientos recientes tuvieron lugar en las cabeceras departamentales, la limpieza social ha operado con bastante eficiencia en las áreas del sur del lago y en los municipios cafetaleros de Chimaltenango. Los linchamientos fueron noticia a nivel nacional, pero la limpieza social, que ha implicado el asesinato de docenas de delincuentes o presuntos delincuentes, ha pasado mucho más desapercibida para los medios de comunicación social.

La administración de justicia, tanto en su práctica como en su diseño institucional, no tiene capacidad para enfrentar los índices de criminalidad existentes en el país. La desesperación de la gente es evidente, y su falta de confianza en los mecanismos de administración de justicia lo es también.

Ello nos está conduciendo a un profundo deterioro en la convivencia social, pero también a una crisis de humanismo. “La vida no vale nada” era el título de una viejísima canción creo que mexicana. Pero que la vida no vale nada es la percepción que cada vez más gente tiene con respecto a la vida en el país. Son miles los crímenes que quedan en la impunidad más absoluta. Lo podemos lamentar y lo podemos sufrir como sociedad, pero ni la impotencia resignada ni la orgía episódica de violencia criminal para combatir el crimen constituyen soluciones adecuadas a nuestros gravísimos problemas de violencia.

El papa Juan Pablo II, en los principios de su pontificado, en su primer viaje a Irlanda, afirmó con fuerza profética que “la violencia es un mal, que la violencia es inaceptable como solución a los problemas, que la violencia es indigna del hombre. La violencia es una mentira, porque va contra la verdad de nuestra fe, la verdad de nuestra humanidad. La violencia destruye lo que pretende defender: la dignidad, la vida, la libertad del ser humano”. Esas palabras dichas hace casi 30 años enfrentaban el horizonte de una Irlanda del Norte dividida por siglos. Una generación después, Irlanda es un país ejemplar por la paz y la prosperidad conseguidas. Para nosotros esas palabras creo que deben marcar el norte. Extirpar la violencia de nuestra sociedad pasa por extirparla de nuestras mentes. Son demasiados en Guatemala los que creen que la violencia soluciona los problemas de violencia, y en verdad solo los agrava.

22 May 2008

Cuando el pueblo se burla de la ley

Por Sylvia Gereda
elPeriódico

La escena no es menos que terrorífica. Quizás una de las más impactantes y salvajes que he visto en mi vida. Un reportero de Chichicastenango me mostró un video grabado durante un linchamiento que tuvo lugar en Sololá. En la imagen aparece un hombre cuyas extremidades están ardiendo en llamas. De poco en poco, el hombre se quema, se retuerce en el suelo y lanza gritos de desesperación.

Este individuo, a quien el pueblo acusaba de ser ladrón, consiguió llegar vivo al hospital y días más tarde falleció en plena agonía. La saña de estos últimos linchamientos es evidente. Las poblaciones han tomado la justicia por sus manos porque el sistema de justicia es inoperante y porque el Estado de Derecho les importa un comino.

En Guatemala está demostrado que la población no teme a la Ley, la irrespeta. Pero también que la fuerzas de seguridad han colapsado en su intento por disuadir y controlar a la población en caso de disturbios y amenazas a la seguridad pública.

El pasado 8 de mayo, el presidente Álvaro Colom fijó el Estado de Prevención, que consiste en una serie de medidas para preservar la seguridad nacional. Sin embargo, según una interesante nota de prensa que publicó Alejandro Pérez, en elPeriódico; los índices de violencia que registran el Instituto nacional de Ciencias Forenses (Inacif) y el Grupo de Apoyo Mutuo (GAM) reportan un alarmante incremento de violencia durante este período, en relación con el mes anterior.

Por ejemplo, en abril de este año se registraron 93 muertes violentas, pero solo en el período del 2–13 de mayo los asesinatos ya habían superado la cifra de 114 individuos. Mientras que el Inacif reporta que en abril la morgue recibió 314 cadáveres por muerte violenta, y del 1 al 18 de mayo ya se registraban 211 homicidios con armas de fuego.

Lo que es peor, y evidencia más claramente el irrespeto absoluto hacia la ley, es el hecho de que este decreto prohíbe claramente las manifestaciones públicas. Sin embargo, en las últimas semanas se han reportado los más salvajes linchamientos de los que se tenga registro, particularmente en la cabecera departamental de Sololá y la aldea Bola de Oro en Chimaltenango.

Pero en Fraijanes también los vecinos hicieron de las suyas y realizaron una violenta protesta en contra el alza a la tarifa del transporte, que dejó como saldo más de cinco heridos.

Desafiando a las fuerzas de seguridad y al Estado de Prevención, los vecinos de la aldea Puerta del Señor salieron a las calles armados con machetes, palos, ondas y piedras, y consiguieron bloquear el tránsito por más de 12 horas, sin que ninguna fuerza de seguridad fuera capaz de disuadirlos o pararlos.

Aquel día fue memorable para los indefensos vecinos que al final fueron las víctimas de este bochinche. Las calles ardían y las barricadas se colocaban metro tras metro. La turba amenazaba a cualquiera que intentara acercarse y la población indefensa se refugió en sus casas mientras que los conductores debieron esperar largas horas en medio de un infernal tráfico.

Finalmente, la Policía lanzó gases lacrimógenos hasta que consiguieron que el grupo se disipara, solo los inconformes fueron capturados, los bochincheros huyeron.

Lo irónico del caso es que fue el párroco del lugar quien consiguió intervenir y dialogar con los vecinos para encontrar una solución a los conflictos por el alza del transporte; lo que nuevamente evidencia la incapacidad y la falta de autoridad de las autoridades y las fuerzas de seguridad.

Ilustrando estos casos aislados, todo apunta claramente a que decretar medidas como el Estado de Prevención no sirve absolutamente de nada, porque no se han implementado soluciones de fondos para resolver el gran problema de inseguridad y restaurar el Estado de Derecho.

Estamos viviendo en medio de una vorágine, de la ley de la selva, donde se aplica el lema de “sálvese quien pueda”, y mientras tanto vemos a un Gobierno que se estrena sin soluciones ni planes de mediano o largo plazo capaces de hacerle frente al flagelo de la inseguridad que nos tiene de rodillas.

20 May 2008

Ausencia del Estado y Violencia Colectiva en Tierras Mayas

Una aproximación cuantitativa al fenómeno de los linchamientos en Guatemala (1996-2002) *

CARLOS A. MENDOZA A. **

Resumen. De acuerdo con la Misión de las Naciones Unidas en Guatemala (MINUGUA), los linchamientos son una herencia del conflicto armado interno y el producto de los actuales niveles de pobreza en el área rural. El autor propone una explicación alternativa: los linchamientos son el resultado de la falta de capacidad del estado para proveer justicia y seguridad a la población, y están relacionados con la habilidad de las comunidades indígenas para solucionar problemas de acción colectiva y, de esta forma, proveer los bienes públicos que el estado no provee. En este libro, ambas hipótesis sobre las causas de los linchamientos son evaluadas por medio del análisis estadístico a nivel municipal de los 480 casos verificados por la MINUGUA entre los años 1996 y 2002. La evidencia empírica proporcionada por dicho análisis cuantitativo sobre este particular tipo de violencia colectiva en Guatemala revela que los principales factores explicativos son los siguientes: a) la ausencia del estado, pues a menor número de juzgados por cada cien mil habitantes, mayor probabilidad de que ocurra un linchamiento; y b) la solidaridad en las comunidades indígenas, porque a mayor porcentaje de población indígena, también es mayor la probabilidad de que ocurra un linchamiento. Las violaciones a los derechos humanos durante el conflicto armado interno tienen alguna importancia estadística, pero su efecto en la probabilidad de ocurrencia de los linchamientos es bajo. Los niveles de extrema pobreza no tienen importancia estadística para explicar los linchamientos a nivel municipal.


EDICION ELECTRONICA DISPONIBLE AQUI



* El autor agradece y reconoce los valiosos comentarios y sugerencias proporcionados por Richard Adams, Santiago Bastos, Timothy Carter, Frances Hagopian, Wolfgang Krenmayr, Rory McVeigh, David Nickerson, y Luis Pásara a versiones anteriores de este ensayo. También agradece el apoyo financiero para la investigación proporcionado por la Universidad de Notre Dame por medio del Departamento de Ciencia Política y la Graduate Student Union (Robert E. Gordon Conference Presentation Grant).

** Carlos Antonio Mendoza Alvarado es Centroamericano, nacido en Guatemala. Actualmente es candidato a doctor en el Departamento de Ciencia Política de la Universidad de Notre Dame, Indiana, Estados Unidos de América. Coeditó con Edelberto Torres-Rivas el volumen titulado Los Linchamientos: ¿Barbarie o Justicia Popular?, publicado por la FLACSO (Guatemala, 2003).

Vuelven los linchamientos: mi propia reflexión

Carlos A. Mendoza

Es lamentable que nuevamente ocurran casos de linchamiento en Guatemala. Esta vez fuimos testigos por medio de la radio de cada detalle de la violencia colectiva desatada en Sololá. Escuchamos los gritos de la turba, y los gritos de sus víctimas. Nos enteramos del fracaso de la Policía, de la Iglesia, y de las autoridades indígenas, para evitar un episodio más de “justicia popular”.

Otra vez aparecen columnas de opinión y se organizan mesas redondas para discutir el fenómeno. Pero me frustra que se hagan afirmaciones sin fundamento empírico, como que si nada se hubiese aprendido de los 577 casos documentados por la MINUGUA entre 1996 y 2003.

No se han repetido con tanta insistencia los estribillos de las explicaciones de la Misión de Naciones Unidas. Pero ha ocurrido algo peor: se ha retrocedido. Ahora se dice que los linchamientos pueden ocurrir en cualquier parte del país. Que es lo mismo en las zonas urbanas que en las rurales, y que da igual si las comunidades son indígenas o ladinas.

Eso es un error. Si en algo he podido contribuir con mi estudio independiente sobre los linchamientos, es en esclarecer un poco el papel de las variables asociadas con el fenómeno. Este es un problema muy serio como para dejarse sesgar por lo políticamente correcto. Es necesario un esfuerzo de objetividad en el análisis de la evidencia empírica.

Así que no debe ignorarse la importancia de la variable étnica. Sobre la cual llamaron la atención Adams y Bastos en el 2003, con su libro sobre "Las relaciones étnicas en Guatemala, 1944-2000" (CIRMA, pp. 173-179).

Diversos investigadores han concluido que la tasa anual promedio de muertes por linchamiento está correlacionada de forma proporcional, y fuertemente, con el porcentaje de población indígena en cada departamento del país (1). De igual forma es cierto, e interesante, que la tasa de homicidios por cada cien mil habitantes está correlacionada de forma inversamente proporcional, y fuertemente, con el porcentaje de población indígena en cada departamento.

Si les interesa, he replicado el ejercicio de Adams y Bastos (tabla p. 179) con datos más recientes: TABLA AQUI

(1) CIEN (2001) Magnitud y Costos de la Violencia en Guatemala, Adams y Bastos (2003), Mendoza (2003) "Violencia colectiva en Guatemala: una aproximación teórica al problema de los linchamientos" y, recientemente, PNUD (2007) Informe estadístico de la violencia en Guatemala.

19 May 2008

Regresan los linchamientos: de nuevo el horror

Por Víctor Gálvez Borrel
Siglo XXI

Albert Camus (filósofo franco-argelino, Premio Nobel de Literatura, 1957), decía que el verdadero problema de la filosofía era el suicidio: establecer si la vida merecía o no la pena, era la gran cuestión de la existencia. Parafraseando a Camus, podríamos afirmar que el gran problema de la justicia son los linchamientos. Marcan el límite de la confianza humana en el Estado y nos regresan a la barbarie, anterior a la existencia misma de lo público.

Según informaciones de prensa, en lo que va del año los linchamientos suman más de 30 en Guatemala. El saldo es ya de tres muertos. Los más macabros fueron los presuntos ladrones quemados con gasolina, el 15 de mayo en la cabecera de Sololá (uno falleció, después de arder durante media hora, en el cementerio de la población). La noticia se transmitió en vivo por un radionoticiero. Y el 14 de este mismo mes, en la aldea Bola de Oro, Chimaltenango, otro supuesto delincuente fue capturado, vapuleado y arrastrado por un camión, hasta su muerte. En el caso de Sololá, fueron infructuosas las intervenciones de la PNC, la mediación de los ancianos mayas, de la Iglesia católica y de los cuerpos de socorro, frente a la turba.

Ya mucho se ha dicho sobre la cultura de la muerte, que se ha difundido a sus anchas en el país; la influencia del reciente conflicto armado; la coincidencia entre las poblaciones en las que se registra el mayor número de linchamientos, y aquellas en donde hubo excesos y abusos de poder de patrulleros y ex comisionados militares; el estímulo de ciertos líderes que promueven linchamientos, etc.

El problema sigue siendo el mismo: la pérdida de confianza en la labor del Estado para impartir justicia y, sobre todo, para garantizar la seguridad ciudadana y prevenir el delito. Y a pesar de los esfuerzos de organizaciones sociales y programas de resolución y transformación de conflictos, para disminuir las tensiones y atenuar el recurso a la violencia, subsiste la sensación de que esta última está desatada y ya es poco lo que se puede hacer para controlarla. Frente a este panorama, quienes sufren directamente, presencian hechos delictivos, o tienen la convicción de la culpabilidad de determinadas personas, se ven confrontados con tres dilemas. Uno es entregarlas a la PNC (para que salgan rápidamente por falta de pruebas o, quizás peor, para que se hundan más en el laberinto del crimen en los centros de detención, si salen condenados). El otro es simplemente dejarlos libres. El tercero, lo que sucede con los linchamientos, en los cuales sin medir mucho la relación entre la magnitud del hecho cometido y la pena que se impone, ni la verdadera culpabilidad o inocencia, la personalidad de masas se desborda y la bestia ancestral aflora, produciéndose lo que los medios de comunicación están recogiendo cada día más: crímenes colectivos, como los de Chimaltenango y Sololá.

La situación es patética, porque las opciones, como ya se señalaron, siguen siendo limitadas. Y otro elemento que resulta aún más preocupante, es la reacción silenciosa de lo que quizás sea ya una opinión pública cada vez más numerosa: quienes están de acuerdo con los linchamientos, bajo la pavorosa frase "está bueno que los maten". Esto, sin pensar que un mal día, ellos también podrían verse envueltos en un linchamiento, pero como víctimas, consecuencia de alguna equivocación o mala interpretación (como ya sucedió en linchamientos por error, tal el del turista japonés en Huehuetenango, hace varios años, confundido con un “roba niños”).

Reflexión sobre los linchamientos (2)

Emisoras Unidas

Felipe Valenzuela (FV): un mensaje dice que se aplica "Justicia Maya"

Alvaro Pop (AP): la Justicia Maya no contempla pena de muerte. La organización contra la inseguridad puede darse en cualquier parte

Claudia Paz y Paz (CP): en las regiones indígenas es donde hay menor tasa de muertes violentas

FV: ¿Qué opinan sobre el efecto del espectáculo público de los linchamientos?

CP: vergüenza en los adultos y miedo en los niños

Juan Luis Font (JF): ¿Cómo cambiamos?

AP: se necesitan más recursos, aprobar ciertas leyes, ...

FV: no es sólo cuestión de recursos financieros

CP: los pocos recursos que hay se mal utilizan

FV: se libera pronto a los delincuentes, esto molesta a la gente

CP: se necesita ley de carrera, crear policía de investigación criminal, y crear más acceso (infraestructura): "llega la justicia hasta donde llegan las carreteras"

JF: linchamientos no se producen en las zonas más remotas, han habido casos en zonas urbanas

AP: pueden ocurrir en cualquier lugar

FV: un oyente opina que el Derecho Maya es una aberración

CP: en Guatemala conviven diversos sistemas jurídicos

AP: en lugar de atacarnos, se debe reconocer que hay un desafío en el sistema de justicia

JF: ¿Debería surgir mesa que aborde este problema?

CP: existe mesa del Organismo Judicial que trabaja en sensibilización. Pero está en juego derecho a la vida, hay necesidad de aprobar nueva ley de armas y municiones

AP: hay esfuerzos importantes, pero también hay que sensibilizar a los funcionarios

NOTA: esta no es una transcripción, son las ideas principales de los participantes, tomadas al momento en que las emitían. CM.