29 November 2008

Buscando su propia justicia

Por Carlos Duarte
La Hora (29 nov 08)

Las voces de la muchedumbre fueron claras: "consigamos gasolina y quememos a este ladrón, hijo de la gran p...".

Cualquiera se impactaría de escuchar semejante expresión de parte de otro ser humano, pero aun así, ese grupo de gente trabajadora que se dirigía a sus destinos particulares se desahogaba de lo que acababan de sufrir en la camioneta.

Tres sujetos se subieron y a punta de pistola los despojaban de sus pertenencias; ese grupo de gente acababa de sufrir un asalto, y en su frustración e ira, lograron capturar a un presunto delincuente y mientras le propinaban una paliza entre todos, pedían gasolina para poder lincharlo.

Y es que la violencia criminal y los índices delincuenciales han sobrepasado no solamente las cifras de los últimos 30 años, inclusive los niveles vividos durante la guerra interna, sino que han colmado la paciencia de los guatemaltecos, quienes han vivido a merced de los criminales, desprotegidos por unas fuerzas de seguridad incapaces o sin el deseo de salvaguardar al ciudadano y de imponer el orden a esta anarquía que se vive en el país.

24 November 2008

Escuadrones de la muerte actúan con libertad en el país

Por Lorena Seijo
Prensa Libre (24 nov 08)

En lo que va del año se han producido, por lo menos, 28 ejecuciones, no por parte de turbas enardecidas, sino de grupos bien armados y estructurados para matar, que cobran una cuota a los vecinos por su “servicio de seguridad”.

Estas agrupaciones aterrorizan a la población con la publicación de listas negras de delincuentes por liquidar. La PDH acusa a la Policía de pasividad frente a estos actos, mientras las autoridades aseguran que investigan a esas organizaciones.

“Unos 30 hombres armados y con gorros pasamontañas ingresaron, a las cero horas del 8 de noviembre, en una casa del barrio San Pedro, Palín, Escuintla, y mataron a Manuel de Jesús Alonso, de 27 años, acusado de secuestro. El grupo armado dejó tirados varios volantes con señalamientos contra secuestradores”. Esta era la información que se publicaba un día después del crimen, y que daba cuenta de un supuesto linchamiento, aunque en realidad se trataba de la forma de accionar de un escuadrón de la muerte que, desde hace meses, actúa con total impunidad en Palín.

A esa nota de prensa le faltaban unos cuántos detalles que ayudaran a explicar el porqué del asesinato, y que pone en duda si la víctima era un delincuente.

El 20 de febrero de este año, la familia Alonso Pirique presentó una denuncia en la Procuraduría de los Derechos Humanos (PDH), en la que aseguraba que estaban siendo extorsionados por personas que les ofrecían protección para su negocio de panadería y reparación de celulares, a cambio de que les dieran un pago mensual.

La familia se negó al chantaje y, poco después, dos de sus hijos aparecían en una lista de posibles ejecutables, junto con otras 21 personas, firmada por Ejército secreto de ejecución. Casi al mismo tiempo, patrullas de la Policía empezaron a hacer guardia frente a la casa y a tomarles fotografías.

Aunque la PDH solicitó, tanto a la Policía como al Ministerio Público, que se investigaran las amenazas, nunca hubo respuesta. La familia Alonso incluso acudió a una reunión con el comisario de Escuintla para pedir ayuda.

Un mes después, Manuel de Jesús Alonso, el hijo mayor, fue detenido y acusado de plagio, pero salió libre por falta de pruebas.

El 8 de noviembre, el hijo mayor de los Alonso se encontraba junto con su familia en su vivienda, cuando 30 hombres vestidos de verde olivo, con botas militares y armados con fusiles rodearon la casa. Las víctimas llamaron por teléfono a la comisaría y al destacamento militar para pedir auxilio, pero no llegaron. Los encapuchados entraron por la fuerza a la vivienda, encañonaron y golpearon a la familia, y sacaron a Manuel arrastrado a la calle.

Cuando los padres del acusado pudieron salir de la casa, que estaba ardiendo, vieron a la Policía en la puerta, que observaba el cuerpo calcinado de su hijo. “Para qué vienen ahora que ya no hay nada que hacer”, les gritó la madre de Manuel. Los agentes solo se rieron.

Los volantes, que en el lugar del crimen repartió este grupo paramilitar, decían textualmente: “El comando de la muerte está en acción en San Vicente Pacaya, Palín, Villa Nueva, Escuintla y Puerto San José. Quemaremos uno por uno, no solo a ellos, sino también pagarán sus familiares, para que sepan cómo se siente el dolor. Ya no permitiremos ningún secuestro más, porque el pueblo se ha levantado y creó este comando”.

La PDH ha recibido varias denuncias de vecinos de Palín, que viven atemorizados por este grupo, el cual se ha erigido como “supuesto salvador del municipio”, pero eso sí, a cambio de que todos colaboren con una cuota, en algunos casos hasta de Q20 mil.

En lo que va del año se han llevado a cabo 28 linchamientos, según el Organismo Judicial, aunque la Policía solo registra seis. A diferencia de lo que sucedía en épocas pasadas, los ejecutores no son pobladores desorganizados que deciden “tomarse la justicia por sus manos”, sino que se trata de grupos que con premeditación aplican la pena capital con total libertad, como si fueran el Ku Klux Klan.

Lo mismo ha ocurrido en Izabal, donde por lo menos cuatro personas han sido ejecutadas extrajudicialmente por una banda autodenominada Grupo sin derechos humanos.

Estas personas, que actúan encapuchadas, están dispuestas a matar a aquellos jóvenes que lleven puestos aretes, tatuajes, el pelo largo, o que sean acusados de ladrones. Ofrecen sus servicios a cualquiera que les proporcione una lista de “posibles delincuentes”. A pesar de que la PDH informó de estos casos a la PNC y el MP, aún no han recibido respuesta.

Recientemente, otra banda se ha conformado en Escuintla y, aunque parece ser menos agresiva que la de Palín, patrullan las calles encapuchados, armados con machetes y pistolas. Cobran Q50 por sus servicios, y le han solicitado al gobernador que los dote de gafetes y radios.

Uno de los casos más graves que ha tenido lugar en el 2008 es el de San Juan Sacatepéquez, donde unas supuestas juntas de seguridad han tomado el control del municipio a cambio de contribuciones “obligatorias” de los vecinos. La anarquía e impunidad han llegado a tal nivel que una persona que se negó a ser registrada en un retén establecido por estas agrupaciones fue secuestrada, torturada y posteriormente quemada, debido a su irreverencia.

Esta organización, según constan en denuncias en la Procuraduría, tiene incluso un cementerio clandestino en el que entierra a sus víctimas, por lo que muchos de los casos de ejecuciones que se dan en el municipio nunca son reportados por las autoridades. Aún así se les atribuye la responsabilidad directa de, por lo menos, seis muertes.

El precursor de todos estos grupos que han proliferado como la pólvora por todo el país fue el constituido hace dos años en Santiago Atitlán, Sololá, único caso en que fueron detenidos ocho de sus integrantes, pero que quedaron libres por falta de mérito.

En los departamentos del oriente del país, esta función de exterminio la ejercen los sicarios del narcotráfico, que se preocupan de que los delitos contra el patrimonio no suban, y de tener supuestamente contenta a la población.

Todos ellos operan bajo la pasividad y, en algunos casos, la connivencia de las propias autoridades locales, que se ven incapaces de enfrentarlos.

Ver nota completa AQUI

22 November 2008

Resultados de Encuesta

Pregunté a los lectores del BLOG si están de acuerdo con los linchamientos, Sí, No, o "A veces".

Participaron 58 lectores, y los resultados fueron los siguientes:

Sí, estoy de acuerdo = 41% (24 votos)

No, estoy en desacuerdo = 51% (30 votos)

A veces, sí estoy de acuerdo = 6% (4 votos)

No me sorprenden los resultados. Es una muestra pequeña y no se basa en algún método científico, pero refleja lo que podría estar pasando en muchos pueblos y aldeas de Guatemala. No es necesario que la mayoría crea en el poder de la violencia colectiva para que ésta se haga presente.

Invito a comentar las razones de su respuesta: ¿Por qué?

18 November 2008

El mismo debate que en Guatemala

BOLIVIA: Justicia comunitaria no contempla la muerte
http://www.eldiario.net/

"La justicia comunitaria es ancestral, tiene sus propias normas, reglas y límites, que permite sancionar la conducta reprensible de los individuos, pero sin la intervención del Estado, sus jueces y su burocracia, sino directamente dentro la comunidad de individuos en la que las autoridades naturales de la misma, hacen de equilibrantes entre las dos partes enfrentadas y no incluye la pena de muerte como parte de su justicia.

La justicia comunitaria no entra en el mecanismo de la barbarie. Se debe tomar en cuenta que la muerte por linchamiento o por otras acciones es un delito de lesa humanidad."

Mueren dos presuntos ladrones en un linchamiento en La Paz

por EUROPA PRESS - La Paz, Bolivia
El País Digital (18 nov 08)

Al menos dos presuntos ladrones han muerto y nueve han resultado heridos al ser golpeados y azotados por un grupo de ciudadanos en el departamento boliviano de La Paz cuando fueron sorprendidos atracando a un matrimonio.

Las dos víctimas mortales perdieron la vida mientras eran trasladadas de la localidad de Achacachi a ciudad de El Alto debido a la gravedad de las heridas. Los vecinos rociaron a Víctor Mamani y Javier Quenta con gasolina y les prendieron fuego cuando descubrieron las intenciones de los asaltantes.

El comandante departamental de la Policía de La Paz, Raúl Mantilla, ha informado en declaraciones a Red Erbol que los otros nueve presuntos delincuentes, entre ellos una mujer embarazada, fueron llevados a un centro hospitalario para recibir atención médica cuando llegó al lugar de los hechos la Fuerza Especial de Lucha Contra el Crimen (FELCC) de la urbe alteña.

Por su parte, el Gobierno boliviano ha anunciado que va a iniciar un proceso penal contra los autores del linchamiento de los dos presuntos ladrones. El ministro boliviano de Gobierno, Alfredo Rada, ha afirmado que quienes participaron en el linchamiento, cometieron el delito de homicidio y tendrán que ser procesados por la justicia ordinaria.

Los cuerpos de las dos personas linchadas se encuentran en la morgue del Hospital de Clínicas, y otros de los heridos fueron ingresados en la unidad de quemados.

09 November 2008

Turba mata a señalado de plagio

Por Melvin Sandoval
Prensa Libre (9 nov 08)

Unos 30 hombres armados y con gorros pasamontañas ingresaron, a las cero horas de ayer, en la casa ubicada en la 1a. avenida, 13-41, zona 1, barrio San Pedro, Palín, Escuintla, y mataron a Manuel de Jesús Alonso, de 27 años, señalado de secuestro.

Antonio Alonso, de 25 años, hermano del presunto secuestrador, fue trasladado por los Bomberos Voluntarios a un centro asistencial de Amatitlán.

Los individuos llegaron a la vivienda, de donde sacaron de manera violenta a los hermanos. Después, prendieron fuego al inmueble, que era habitado por siete integrantes de esa familia.

Después de vapulear a los hermanos y de haber matado a Manuel de Jesús, el grupo armado dejó tirados varios volantes con señalamientos contra secuestradores.

Contra delincuentes

En las hojas se leía: “El comando de la muerte está en acción en San Vicente Pacaya, Palín, Villa Nueva, Escuintla y Puerto San José. Quemaremos uno por uno, no solo a ellos, sino también pagarán sus familiares, para que sepan cómo se siente el dolor. Ya no permitiremos ningún secuestro más, porque el pueblo se ha levantado y creó este comando”.

Este grupo amenazó con matar a los secuestradores de los lugares citados, de quienes dijo que ya tenían ubicados los sitios donde se escondían.

La Policía presume que, por las características, del ataque, se trata de un ajuste de cuentas, y que los hermanos podrían haber participado en secuestros rápidos en ese departamento.

Vecinos manifestaron que hubo una balacera que duró 10 minutos, por lo que dieron aviso a la Policía y bomberos, quienes rescataron a los sobrevivientes, que permanecían atrapados entre las llamas.

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‘Comandos de la Muerte’ matarán y quemarán a los delincuentes y sus familias

Por Agence France-Presse

Un grupo armado autodenominado ‘Comando de la muerte’ surgió este sábado en el sur de Guatemala y sacó de su casa, asesinó y quemó a un presunto secuestrador, amenazando además con más ejecuciones para “terminar con las lacras” en la región, indicó un panfleto y un portavoz de bomberos.

“Ya no permitiremos ningún secuestro más, el pueblo se ha levando y el Comando de la muerte con ellos, ya nos les queda mucho tiempo de vida porque los encontraremos donde se encuentren“, indican los panfletos que dejaron en la residencia que también incendiaron en Palín, 35 km al sur de la capital.

Un grupo de unos 30 hombres armados llegó a la residencia en Palín, sacó a la víctima, identificada como Manuel Alonso, de 27 años, lo asesinó con arma de fuego y luego lo quemó, precisó un vocero de los Bomberos Voluntarios, Mynor Rodas.

Los atacantes encerraron en la vivienda a otros 11 miembros de la familia y le prendieron fuego al inmueble, pero la intervención de los cuerpos de socorro logró el rescate con vida de las personas.

El ‘Comando’ indica que además de Palín operará en otros cuatro municipios del departamento de Escuintla, al sur de la capital.

“Al pueblo de Palín informamos que ya estamos cansados de tanto secuestro, extorsión, intimidación y ladrones. El Comando de la muerte ya está en acción y hasta el momento ya cobramos cinco vidas, las cuales seguirán aumentando“, asegura.

“A los delincuentes buscaremos, ejecutaremos y quemaremos uno por uno, no solo a ellos, sino también pagará su familia porque ya todos están idenficados“, afirma.

“No queremos que esas escorias de la sociedad escapen, los queremos vivos o muertos y después quemarlos. No escaparán porque tenemos controlados sus movimientos”, advierten.

Asimismo, aseguran que tienen “todo el apoyo necesario para acabar con esas lacras que pagaran con todo el dolor que han causado a tanta familia que se ha ganando el dinero con el sudor de su frente y se lo han quitado”.

Hasta el momento ninguna autoridad se ha querido pronunciar respecto al caso.

Fuente: Noticias24.com