06 May 2006

A los pueblos regresa la calma

Por Leonardo Cereser
Prensa Libre (6 may 06)

En la aldea Chiquex, Chimaltenango, y en Sumpango, Sacatepéquez, nadie diría que recientemente fueron golpeados y quemados vivos supuestos delincuentes, por los pobladores. Ambos pueblos fueron recorridos ayer, y lo que se percibió fue una aparente calma.

En Chiquex, los pobladores se abstienen de hablar con desconocidos sobre los hechos ocurridos el miércoles recién pasado, cuando tres presuntos asaltantes de buses, incluyendo un agente de la Policía Nacional Civil, fueron linchados.

“No sabemos nada”, “yo no estaba en la aldea”, o “¿para qué quiere la información?”, fueron algunas de las respuestas de los habitantes.

En el campo de fútbol donde fueron linchados el agente Nery Contreras Gutiérrez y los hermanos Carlos René, de 26 años, y César Méndez Siney, 25, alias Gallina y Checha, ayer sólo se observaban las cenizas. El vehículo donde éstos se conducían también fue quemado y ya había sido retirado.

Organizados

Un pastor evangélico indicó que la población está coordinada para hacer frente a la delincuencia, lo cual incluye vapulear y dar muerte a acusados.

A escasos dos kilómetros de ese lugar, los habitantes de San José Poaquil justifican los linchamientos. Algunos celebran el que haya sido reabierta la estación de Policía en febrero recién pasado, después de varios meses de haber permanecido cerrada, luego de que una turba expulsó a los agentes por haberse resistido a entregar a presuntos delincuentes a quienes se pretendía linchar.

“Aquí se realizan rondas de vigilancia, y cuando algún encargado de sector ve algo sospechoso, suena un gorgorito y todos se ponen alerta”, dijo Manuel Tartón, alcalde.

“A mi hijo lo golpearon los de seguridad, por estar con unos amigos en la noche, y cuando denuncié a la Policía, me fueron a buscar y me amenazaron los del Comité”, se quejó la dueña de un pequeño negocio.

Sumpango: Alerta al repique de campanas

Si algo tienen los habitantes de Sumpango, Sacatepéquez, es coordinación. Allí, tal y como ocurrió el 19 de abril recién pasado, cuando fue linchada una pareja (supuestos robaniños), todos están alertas al repique de las campanas.

El sonido de éstas alerta a los habitantes de algún hecho delictivo y todos acuden al llamado.

Algunos habitantes consultados ayer dijeron sentirse desprotegidos por la falta de la subestación (los pobladores arremetieron contra la sede de la Policía Nacional Civil (PNC), que intentó evitar el linchamiento de la pareja, y luego tuvo que abandonar el pueblo).

Por las calles de Sumpango se observan operativos móviles de la PNC con el Ejército.

En el lugar donde fue quemada la pareja ya no quedan señales del linchamiento, sobre todo por tratarse de una calle donde pasan vehículos y peatones.

De momento, la investigación por el crimen no ha llevado a nadie a prisión. El Ministerio Público de Sacatepéquez evalúa el traslado del expediente a la capital, por seguridad de los trabajadores.

Coordinación

Organizados para contrarrestar la delincuencia.

Los líderes comunitarios se reúnen periódicamente para evaluar avances y coordinar nuevas acciones, que incluyen el linchamiento de supuestos delincuentes.

Utilizan estrategias como tocar gorgoritos o repicar las campanas de la iglesia, para alertar a los pobladores de que se está cometiendo un hecho ilícito.

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