Por Lorena Seijo
Prensa Libre (6 may 06)
El siquiatra Rodolfo Kepfer considera que los linchamientos son una forma de manifestar la ineficiencia de la autoridad y un mensaje negativo para quienes los presencian, específicamente los niños.
¿Qué es lo que genera un linchamiento?
Primero, tiene que haber una percepción compartida de ineficacia de la autoridad y un convencimiento de que se está en tierra de nadie.
Se suele comentar que este tipo de crímenes son propios de comunidades alejadas, pero ya ha habido casos en la capital y municipios cercanos.
En Guatemala, tomar la justicia por mano propia es una tendencia general, un acto reivindicativo, de recuperación del control, la propiedad y la seguridad. Los linchadores eligen a una víctima como chivo expiatorio de todo lo que han acumulado, como ejemplificador.
¿Hay instigadores en los linchamientos o es una reacción espontánea de la masa?
Podríamos pensar que puede haber injerencias en crear ánimos de persecución, climas de expectativa y alarma, como lo que se comentaba de las iglesias y la Policía advirtiendo sobre robo de niños en Sumpango.
¿Pero es un fenómeno grupal?
Definitivamente, es un fenómeno grupal y operan, en general, inconscientemente. La característica es que no hay conciencia individual, el grupo está sin cabeza.
¿Qué se necesita para que se generen?
Lo que se necesita es un disparador. Bien sea porque el futuro linchado es un delincuente o porque así lo considera el grupo tras haberse propagado un rumor.
¿Pero los rumores pueden generarse por problemas personales previos?
Puede haber en algunos casos intereses en atribuir culpas o en dirigir el linchamiento. Recordemos que después nunca se aclaran los hechos.
¿Cómo debería actuar la Policía?
Lo lógico es rescatar a los implicados, pues ese es su trabajo. Además, debe proteger a las personas que se dejan llevar por el grupo, pero que en circunstancias normales no son violentas, de cometer una barbaridad.
¿Cuando el caso queda en la impunidad, cuál es el efecto?
Puede darse una oleada de más linchamientos, porque la impunidad justifica el hecho.
¿Se sienten culpables después los victimarios?
Sí, pero probablemente no quieran comentarlo más. Simplemente, hacen como si no hubiera ocurrido. Aunque en los observadores, sobre todo si son menores, puede generar un gran trauma.
¿Qué deberían hacer las autoridades?
Deben aplicarse medidas preventivas y solucionar las razones que generan el desgobierno.
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