por Carlos A. Mendoza
Hoy (21 ene 2010), en el programa A Primera Hora de Emisoras Unidas, se abordó el problema del sicariato en Guatemala. En ese contexto, Carmen Rosa De León Escribano, Directora Ejecutiva de IEPADES hizo el siguiente comentario (parafraseándole):
"No es cierto que la ausencia del Estado sea una de las principales causas de los linchamientos, porque -como en el caso de Panajachel- donde ocurren no son lugares con altas tasas de violencia homicida."
Al respecto, me permito reaccionar de la siguiente manera:
1. Es cierto que las altas tasas de homicidio se dan en las regiones donde, prácticamente, no hay linchamientos. Y a la inversa, donde sí aparecen casos de linchamiento las tasas de violencia homicida son muy bajas. Esto esta claro desde 1996-99 y continúa siendo así para un período más extenso 1996-2009.
2. No entiendo por qué Carmen Rosa sugiere que la ausencia del Estado se puede medir como altas tasas de homicidio. Me parece que eso es incorrecto. Las altas tasas de criminalidad, de cualquier tipo, pueden ser consecuencia de la ausencia del Estado, pero no son lo mismo. Esta distinción es importante para mi argumento.
3. Yo he plateado que la ausencia del Estado es una de las principales causas de la violencia en Guatemala, ya sea en forma de violencia colectiva -linchamientos- o de "mandar a matar". Ambas son maneras de "justicia por mano propia" pero son manifestaciones distintas de otros elementos culturales, propios del Occidente y Oriente del país. Mientras que en el Occidente -predominantemente indígena- se lincha, en el Oriente -predominantemente ladino- se elimina a los supuestos delincuentes por medio de disparos con arma de fuego.
4. La ausencia del Estado se puede operacionalizar de varias formas. Es decir, la podemos medir utilizando distintos indicadores que nos aproximen al concepto. Yo, por ejemplo, he usado el número de juzgados por cada 100 mil habitantes en cada municipio del país. También se podría usar número de policías por cada 100 mil habitantes.
5. Aunque las aproximaciones al concepto de ausencia (o presencia) del Estado pueden ser muy diversas, sabemos que la población se queja de la policía -corrupta, negligente o cómplice-, por lo que su presencia física no soluciona su problema de falta de orden y seguridad -más bien lo puede agravar si la policía participa en actividades criminales-. La gente clama por justicia, y esta la imparte el Organismo Judicial por medio de sus jueces y cortes. Por ello, considero que un indicador de presencia (o ausencia) del OJ es más conveniente.
6. La ausencia del Estado puede provocar que aumenten los hechos criminales, pero no necesariamente. Claro que el vacío institucional, como lo he planteado en mis ensayos, facilita la operación del crimen organizado y la delincuencia común, pero son necesarios otros factores. Por ejemplo, de tipo estructural, como la desigualdad social. Algunos dicen que la pobreza también, según investigaciones dentro de los EE.UU.
7. Sin embargo, para el tema de los linchamientos, los niveles de criminalidad son otra variable independiente. Al subir los hechos delictivos, ya sean robos, asaltos, secuestros, etc., la gente busca respuesta en el Estado, para evitarlo o castigar a los responsables, pero ante la ausencia del Estado las personas deciden resolver el problema a su manera. A esto me refiero al decir que el Estado no provee los bienes públicos básicos de justicia y seguridad (aplicación de la ley y mantenimiento del orden).
8. Por lo tanto, los niveles de criminalidad interaccionan con los niveles de ausencia (o presencia) del Estado, y con otros factores -étnicos o culturales- que facilitan superar los problemas de acción colectiva, y que juntos generan una respuesta en forma de violencia colectiva. En Oriente pasa algo similar, pero dada su cultura la respuesta (o "solución") es diferente. En ambos casos la gente comete otro crimen, "impartiendo justicia por mano propia".
9. Es difícil, lamentablemente, saber cuántos de los homicidios anuales podrían ser calificados como "limpieza social". Esto sería la proporción comparable con los linchamientos, pues no todos los homicidios son respuesta a los altos niveles de criminalidad y ausencia del Estado. Lo cierto es que contribuyen a elevar la percepción negativa sobre los niveles de criminalidad a nivel nacional, aunque a nivel local podrían disminuirla.
1 comment:
Personalmente me llama la atención lo que usted señala en el punto 8, pero quisiera externar la siguiente inquietud. No le parece que las categorías de presencia-ausencia analizan cuestiones muy cuantitativas? Es innegable que el análisis de la cuestión cultural y las categorías de exclusión-inclusión podrían ayudar a profundizar el análisis. He leído muy poco sobre esta última, pero me creo que nos llevaría a problemas estructurales y quizá allí se encuentren las soluciones.
¡Felicitaciones por el blog!
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