07 October 2010

Difusión por imitación: ¿Cuál es el papel de los MCS? (Parte I)

Por Carlos A. Mendoza

En su época, la MINUGUA hizo un llamado a los Medios de Comunicación Social (MCS) para que los linchamientos no fueran interpretados como actos de “justicia popular”. Adicionalmente, planteó:

“Los medios de comunicación social tienen un papel protagónico en la respuesta de la sociedad guatemalteca frente a los linchamientos. Su papel es aún más importante ante la ausencia de políticas públicas sobre el tema y las carencias del Estado en materia de información pública y comunicación. […] El fenómeno de los linchamientos ha merecido últimamente una mayor atención de los medios de comunicación. Entre los medios existen posiciones que demuestran preocupación por estos hechos violentos, sus causas y sus consecuencias. Sin embargo, el que todavía existan opiniones que toleran, avalan implícitamente e incluso justifican los linchamientos, no contribuye a fortalecer en la ciudadanía los valores de respeto por la vida, la ley y las instituciones. […] Lamentablemente, en muchos casos, son abordados más desde una perspectiva de noticia informativa que deshumanizan a las víctimas y no efectúan análisis sobre las causas y posibles soluciones.” MINUGUA (2000). Linchamientos: Un Flagelo Contra la Dignidad Humana, párrafos 33-35.

Dos años más tarde, la MINUGUA recordó a los MCS sobre asuntos de ética periodística aún más básicos:

“Se requiere que los medios de comunicación realicen una transición, evolucionando hacia un tratamiento objetivo de la información, y que se refuercen las medidas para una transmisión fiel de la noticia, lo cual requiere necesariamente la ratificación de las fuentes de información. La verificación de todos los linchamientos e intentos de linchamientos informados por los medios escritos durante el año 2001 reveló que un porcentaje cercano al 50% no se habían producido en los términos publicados. Las características de estos casos serían: la falta de concordancia entre el texto publicado y el parte policial, aún cuando éste se cita como fuente; la tendencia a incrementar el número de personas presentes y sobre todo la gravedad de los hechos, incurriendo en falsedad; y titulares que van más allá de los sucesos relatados con un enfoque sensacionalista que no se ajusta a la realidad.” MINUGUA (2002). Linchamientos: Un Flagelo que Persiste, párrafo 48.

Personalmente, sí me preocupa la falta de consistencia en la presentación de las noticias porque, desde que se fue MINUGUA, la mayoría de organizaciones no gubernamentales basan su monitoreo del fenómeno en lo que publican los MCS y no en las fuentes oficiales, que también tienen serios problemas de inconsistencia entre ellas (por ejemplo, INE vrs. PNC, como he mostrado en el tema de los homicidios). Sin buenos datos es difícil entender el problema. Me preocupa menos la crítica de MINUGUA hacia los MCS que no adoptaron “su explicación” o no han sido “políticamente correctos”. Me parece que los MCS responden a lo que sus lectores, televidentes o radioescuchas piden. Hay un círculo vicioso que es difícil de cortar, entre oferta y demanda.

Lo que me preocupa más de los MCS es el papel que juegan por el simple hecho de hacer pública una idea, en este caso, un amplio repertorio de métodos para castigar a los supuestos delincuentes. Mi punto es que hay cierta difusión por imitación. Lo cual, como me pide el colega Daniel Núñez, debe ser explicado con detalle. Eso intentaré hacerlo en los próximo POSTs.

Por el momento, los invito a leer el documento que escribí en inglés, explorando la difusión geográfica de la violencia colectiva. Seguí un modelo aplicado en los EE.UU. para entender la difusión de las revueltas raciales (riots). En el mismo se toman en consideración tres aspectos importantes: la distancia espacial entre un lugar (antecesor) y otro (imitador), el tiempo transcurrido entre un evento y otro, y la severidad de eventos pasados. Bajarlo aquí: Structural causes and diffusion processes of collective violence: Understanding lynch mobs in post-conflict Guatemala (presentado en LASA 2006).

En mi ensayo publicado en 2007, lo resumí así:

“Finalmente, es fundamental explorar cómo, y qué tanto, la severidad de los linchamientos (por ejemplo, el número de víctimas fatales en un mismo episodio de violencia colectiva), la distancia en el tiempo, su efectividad en el control de la delincuencia, y la distancia geográfica entre el lugar donde ocurren y otros lugares con potencial a imitar dicha conducta, podrían afectar el riesgo de que el fenómeno se repita en estos últimos lugares en el futuro. Podría utilizarse algunos modelos de difusión aplicados en los Estados Unidos para entender el contagio de las revueltas callejeras ocurridas en los años sesentas.[56] Ello brindará evidencia empírica sobre la relación que hay entre linchamientos ocurridos en diversos lugares y momentos. La hipótesis a evaluar es que los linchamientos no son eventos independientes, y que las aldeas o poblados donde han ocurrido no sólo tienen una diferente propensión intrínseca hacia la violencia colectiva sino que también tienen diversos niveles de respuesta y resistencia a la difusión de eventos previos.[57] Sobre estas causas de la difusión de los linchamientos, se ha acusado repetidamente a los medios de comunicación, pero valdría la pena explorar la hipótesis de la efectividad de los linchamientos como medida extraordinaria para detener el crimen y la delincuencia en las comunidades. Entre la población de los lugares donde ha habido linchamientos, parece existir cierta percepción sobre los resultados positivos del castigo violento y público para disuadir a potenciales criminales.[58] Esta percepción podría estimular a otras comunidades a seguir el ejemplo. Habría que evaluar si dicha percepción corresponde con la realidad.” Ausencia del Estado y Violencia Colectiva en Tierras Mayas, Una aproximación cuantitativa al fenómeno de los linchamientos en Guatemala (1996-2002), p. 22. Énfasis añadido ahora.

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[56] Myers (2000).

[57] De acuerdo con un análisis preliminar (event history analysis) realizado con datos del año 1996, la difusión también es importante para explicar el patrón de los linchamientos en Guatemala: los efectos de contagio respecto a previos episodios de violencia colectiva son mitigados por la distancia geográfica (heterogeneidad espacial) y dependen de la severidad del episodio mismo. La hipótesis sobre el efecto del tiempo transcurrido entre un evento y otro (heterogeneidad temporal) no pudo ser confirmada. Es decir que la cercanía (o lejanía) en el tiempo no explica la ocurrencia (o no) de nuevos linchamientos, según los datos analizados. Estos resultados fueron brevemente presentados en Mendoza (2006).

[58] Gutiérrez y Kobrak (2001).

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