13 September 2010

Linchamiento es un flagelo que no para

por Sandra Valdez
Prensa Libre (13 sep 10)

Hace 13 días, un joven de 17 años murió por el ataque de una turba que lo detuvo cuando intentaba escapar después de que presuntamente había matado a balazos a un expendedor de propano, en la zona 3 capitalina. Este es uno de los 28 muertos por linchamiento en este año, lo que demuestra que ese flagelo no se detiene.

Un informe de la Procuraduría de Derechos Humanos (PDH) especifica que en este año, hasta agosto, se habían dado 89 casos, donde la turba intentó tomar justicia por propia mano. Esos hechos han dejado 28 muertos y 109 heridos.

En el 2009, la PDH registró 171 casos, que sumaron 43 víctimas mortales y 128 vapuleados, y en el 2008, 131 casos, con 18 muertos y 113 heridos.

El mismo informe detalla que en el presente año es en el que más casos mensuales se han dado, un promedio de 11.13; en cambio, en el 2009 hubo un promedio de 8.92, y en el 2008, 5.08.

El documento destaca que en el área metropolitana es donde más intentos de linchamientos —11— se registran.

Auxiliares de la PDH consultados señalaron que preocupa que ese tipo de violencia no termine, pese a los intentos de convencer a las personas de que confíen en la justicia y se respeten las leyes.

“Quienes participan en un linchamientos también violan la ley”, expresaron.

Linchamiento o justicia maya

En ocasiones, el linchamiento es confundido con la justicia y el derecho maya, por lo que la Defensoría y Procuraduría del Pueblo Maya (Depromaya) entregó el año pasado a la Corte Suprema de Justicia una propuesta para fortalecer el sistema de justicia indígena en el país y promover una cultura contra los linchamientos.

“Como Defensoría, nos preocupan los linchamientos y que nos echen la culpa las organizaciones sociales. Esto no es así. No sabemos de dónde vienen las ideologías que los causan”, expresó Miguel Raymundo, representante de Depromaya.

Se incrementan cada año

De ese tipo de violencia no se salvan ni los representantes del Estado. El 23 de agosto último, agentes del Ministerio Público y de la División de Protección a la Naturaleza efectuaron tres allanamientos en fábricas de licor clandestino en el caserío Rosalba, Chiantla, Huehuetenango.

Después de reunir evidencias, fue detenido Juan Alva Cano, dueño de una de las fábricas; cuando retornaban a la cabecera departamental, unos 350 pobladores bloquearon la carretera con piedras y palos, y la mayoría tenía armas de fuego.

La turba golpeó a los agentes y fiscales, e incluso llevó gasolina para quemarlos, pero se logró que los liberaran cuando se pagaron Q1 mil 500.

Diversos abogados consultados coincidieron en señalar que en esas situaciones, las autoridades deberían detener a las personas que dirigieron a la turba o a quienes participaron en el ataque, porque es flagrante violación de la ley y una acción contra representantes del Estado.

2 comments:

Carlos Mendoza said...

Según los mismos casos que dice registró la PDH, en 2009 el promedio fue de 14 por mes y en 2008 casi 11 -NO lo que aparece en el texto. Es prematuro comparar con 2010 pues todavia faltan 4 meses. Es el problema de este tipo de tasas basadas en el tiempo.

Carlos Mendoza said...

"El Grupo de Apoyo señaló, sin embargo, que hubo un incremento de casos de linchamiento, pues de 123 que se registraron el año pasado se ha pasado a 136 en el 2010, en 27 de los casos con resultado de muerte y en el resto de heridos."

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