19 July 2007

Sayaxché, ingobernable

Por Rigoberto Escobar López, Lorena Seijo y Leonardo Cereser
Prensa Libre (19 jul 07)

Después de tres días de disturbios, en Sayaxché, Petén, se vivía una tensa calma la tarde de ayer, luego de que las autoridades liberaran a cuatro pobladores detenidos, sindicados de participar en manifestaciones el martes.

A cambio, la comunidad soltó a 11 policías que tenían como rehenes desde la noche de ese mismo día.

Sayaxché es un pueblo sin ley, esta población de mayoría q’eqchi’ vive desde el lunes sin Policía ni autoridades municipales, luego de que la población linchó a personas señaladas de robo de niños, y mató a Manuel Leopoldo Saguén y vapuleó a su esposa Luz Max Mucz.

Las autoridades de la subestación local de Policía rescataron a la Luz Max, pero la población –que vive psicosis por el robo de niños– arremetió contra los seis agentes de la subestación del municipio, hasta que los uniformados y la sindicada huyeron del lugar.

La ingobernabilidad continuaba y nadie sabía del paradero del alcalde Luis Navarijo Estrada, a quien los pobladores buscan para que explique acerca de señalamientos en su contra por falsificaciones de fe de edad para dar niños en adopción.

La población permanecía paralizada el martes: ni comercios ni el ferry que une la comunidad con el resto de Petén funcionaban.

En ese momento, llegaron las fuerzas antimotines de la Policía, quienes ayer por la tarde y entrada la noche en uso de la fuerza y bombas lacrimógenas dispersaron a los habitantes.

En este enfrentamiento resultaron dos campesinos heridos de bala –fueron trasladados al hospital de Sayaxché– y cuatro capturados, identificados como Paulino Cah Ichi, Ixirio Choc Xuc, Pedro Pec Xol y Emilio Pop.

Los antimotines que llegaron a reprimir, cuando abandonaron el lugar, se apostaron en la orilla opuesta del río La Pasión.

Caen policías en retén

Ayer por la mañana, la tensión y enojo continuaban y fue latente cuando los pobladores montaron barricadas y retenes en las entradas del pueblo, en ese momento fueron retenidos 11 refuerzos policiacos provenientes de la comisaría 51 de Alta Verapaz.

Los agentes –que, según informaron testigos, intentaron defenderse con disparos– fueron despojados de sus armas, y en pantalones cortos, camisetas, descalzos y engrilletados los llevaron a la orilla del río La Pasión, a la vista de policías antimotines y soldados que observaban desde la orilla de enfrente.

Esta retención obligó a buscar una negociación, en la cual los pobladores solicitaban que para liberar a los policías debían entregarles a los cuatro manifestantes capturados y además debía renunciar el alcalde.

Inicio de negociación

A las 12:30 horas, llegó al lugar el gobernador de Petén, Carlos Kuylen Morales, acompañado de miembros de la Procuraduría de los Derechos Humanos (PDH) y otros funcionarios para negociar.

Luego de varios intentos de diálogo, donde los pobladores amenazaban con retener al gobernador, la negociación se trasladó a la concha acústica; allí, la población exigía la liberación de los capturados.

Mientras tanto, en los alrededores circulaba el microbús de la Policía, pero era conducido por pobladores encapuchados, armados, que portaban las cápsulas de gases lacrimógenos, a modo de burla.

Luego de varias horas de negociación, a las 17:30 horas, la población logró su cometido y se dio el intercambio de manifestantes capturados por policías retenidos.

A pesar de esto, Sajaxché sigue sin autoridades policiales y ediles.

La bola de nieve

En el primer semestre han sido asesinadas ocho personas en linchamientos, pero este mes de julio ha habido ya seis intentos:

En seis meses, han sido linchados siete hombres y una mujer.

Ha habido otros 40 intentos de linchamiento; de éstos, en 32 las víctimas eran hombres y en ocho, mujeres.

Otras 40 personas han sido vapuleadas por turbas que las sindicaban de ser delincuentes.

En junio, se agudizó la psicosis por el caso de una niña asesinada en Camotán, Chiquimula, donde la población linchó a una mujer sindicada en el hecho.

En julio, se documentaron seis casos más, donde murieron un hondureño y un vecino de Sayaxché.

En Cunén, Quiché, nunca se había reportado la sustracción de menores; sin embargo, se conoció un caso a principios de este mes. Los vecinos detuvieron y vapulearon a un joven de 18 años, a quien una mujer le había pagado Q25 mil por llevarle un niño de entre 3 y 5 años.

Narcotráfico

La historia reciente del municipio de Sayaxché, Petén, está estrechamente vinculada al narcotráfico. La ubicación del municipio, dentro de la selva petenera, ha propiciado que los narcotraficantes utilicen los terrenos cercanos como pistas de aterrizaje.

La relación con el narcotráfico también ha originado en los vecinos cierta resistencia a establecer buenas relaciones con la Policía u otro tipo de autoridades, a las que de alguna manera también los narcotraficantes han sobornado.

En el 2003, el alcalde de Sayaxché, Guillermo de Jesús Segura de la Cruz, fue asesinado por sujetos que portaban armas AK-47, supuestamente porque formaba parte de un cartel de la droga.

Según revelaron las autoridades, Otto Herrera fue quien dio la orden de ejecutarlo. Un año después, sus hijos Ricardo de Jesús y Jonny Javier Segura Sagastume también aparecieron muertos.

El hecho de ir armados es una costumbre establecida en el área, tanto con armas de fuego como con machetes, que utilizan para tomar la justicia por su mano.

Según Henry López, director adjunto de la Policía Nacional Civil, “la mayor parte de la población se muestra favorable a las acciones del narcotráfico y evidentemente la poca presencia policial no ayuda a mantener el control”.

Según relató un vecino del lugar, hace tres días, cuando cayó una avioneta cargada de cocaína en las cercanías del municipio, dos vehículos con hombres fuertemente armados llegaron a buscar el cargamento, para entregárselo al capo de Cobán, Ottoniel Turcios el Loco.

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