17 February 2012

Castigos Físicos y Públicos en Guatemala Colonial

En el caso de la Hacienda e Ingenio de San Gerónimo, Baja Verapaz, donde la poblacion era predominantemente de esclavos negros, libertos, mulatos, zambos y ladinos, bajo el contro de los dominicos que producían azúcar y licor. Después de la Independencia y con la llegada de los liberales al poder, pasó a manos de familias Inglesas.

"El uso que hacía Bennett de su bastón importado para abusar de su víctima fue tan significativo como típico.   Esta era una cultura todavía solidamente comprometida con el látigo y el palo, en vez de la vara de la justicia por ejemplo, como símbolo e instrumento en última instancia del poder y la legitimidad.  Las autoridades municipales defendieron bastante abiertamente el uso de “cuerazos” administrados con el látigo tradicionalmente elaborado con el pene de toro (“con una verga”) para disciplinar a infractores tanto varoniles como femeninos, al tiempo que demandaban que se sometiesen a tales castigos, su resistencia constituía a ojos de las autoridades otra prueba de intenciones malévolas o culpabilidad y un delito similar al de ofrecer resistencia al arresto (disciplina en este caso).  La picota de la hacienda colonial dominica fue uno de los primeros símbolos en ser removidos tras la abolición, pero la población trabajadora de San Jerónimo seguía instalada al otro lado de la calle en Barrio Abajo, en las mismas casas que habitaban como esclavos.  Y los azotes tuvieron lugar, en el sitio de la falta o bien en la cárcel del edificio municipal al igual que antes, aunque ya no necesariamente a plena vista pública.  La autoridad republicana hacía eco de los tiempos de la esclavitud de tantas maneras que esto no podía pasar inadvertido por los vecinos locales, y los azotes fueron quizás el ejemplo más flagrante de ello."

Fuente: Lowell Gudmundson, SANTOS DOMINICOS Y SALVAJES INGLESES: LA COLONIA Y LA ESCLAVITUD A LA LUZ DE UNA LIBERTAD FRUSTRADA. Ponencia presentada al Congreso de Historia Centroamericana, Panamá, julio de 2002, p. 11

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