26 October 2011

Los encapuchados

por Haroldo Shetemul
Prensa Libre (26 oct 11)

LA MADRUGADA DEL 4 de octubre recién pasado, Luis Gilberto Tian Sente retornaba a su casa, junto con dos amigos, después de visitar la feria municipal de Panajachel, Sololá. En el camino se encontró con una veintena de hombres con los rostros cubiertos que le cerraron el paso, lo capturaron y golpearon, mientras sus acompañantes huían. Luis se había tomado unos traguitos, lo cual fue considerado un delito por el Consejo de Seguridad Municipal, cuyos miembros arrastraron por las calles el cuerpo del joven de 23 años, quien pedía clemencia. Ya no se volvió a saber más de la víctima, aunque su ropa y zapatos aparecieron ensangrentados a la orilla del lago.

DESDE ENTONCES, Lorena Caal ha colocado carteles en los postes de Panajachel en los que pide información sobre el paradero de Luis, su esposo, quien es padre de un niño de 4 años y un bebé que viene en camino. Todos en el pueblo saben que los responsables de la golpiza y desaparición de este joven padre es la Comisión de Seguridad de Panajachel que actúa en las sombras supuestamente para proteger a los habitantes de esta comunidad, pero que es señalado de cometer cateos ilegales, destrucción de inmuebles y ataques contra vecinos indefensos. Esa agrupación está integrada por unos cien individuos que han impuesto el terror en la población y contra quienes existe más de una decena de denuncias, pero no avanzan pues la población teme hablar para evitar represalias.

ESTE CASO ILUSTRA las consecuencias de la ausencia del Estado que es incapaz de dar seguridad a las comunidades, por lo que han surgido comités que supuestamente tienen el objetivo de proteger a sus vecinos. Sin embargo, en localidades, como San Juan Sacatepéquez o Bárcenas, estos grupos han involucionado en bandas paramilitares que incurren en delitos de todo tipo. En Panajachel, los vecinos señalan directamente a Juan Manuel Ralón, Víctor Anleu y David Argueta como los dirigentes de la banda de encapuchados que comete ilícitos y abusos de poder, sin que las autoridades intenten investigarlos y mucho menos apresarlos. La esposa de Luis presentó una denuncia contra los tres mencionados, pero no ha pasado nada. Al contrario, esta mujer que está embarazada ha sido objeto de amenazas de muerte por los jefes de esa banda.

EN EL PAÍS EXISTEN MIL 300 juntas de seguridad, de las cuales el Ministerio de Gobernación no tiene ningún control y prácticamente ha cedido el espacio que le corresponde al Estado a estos grupos para que impongan el orden. Ya que el actual gobierno se ha hecho el desentendido sobre este problema, es necesario que los dos candidatos presidenciales, Otto Pérez y Manuel Baldizón, comprendan que no es posible que el Estado ceda el control del país a este tipo de organizaciones paramilitares. El caso de Panajachel muestra la situación, pues hay evidencias del secuestro y desaparición del joven padre por parte de esa banda, que a la vez ahuyenta al turismo. ¿Se necesitarán más crímenes de este grupo para que las autoridades actúen?

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