Por Marvin Del Cid
elPeriódico (9 mar 09)
“Por brujo”, “por ladrón”, “por explotador”, “por estafador” son algunos de los rótulos con los que aparecen las personas asesinadas en Santiago Atitlán.
Ubicado en las orillas del lago de Atitlán, y uno de los lugares más visitados en esa región por turistas nacionales y extranjeros, sigue siendo uno de los municipios más violentos de Sololá.
Las muertes violentas en 2007 sobrepasaron las 40, en 2008 los números rojos alcanzaron las 35 y en 2009 ya superan las cinco.
En las calles aparecen volantes de amenazas y anónimos que también sirven para desprestigiar a personas conocidas de la comunidad, entre ellas a maestros, personal de los bancos del sistema, empresarios, pastores evangélicos y miembros de la iglesia católica entre otros.
La Oficina del Procurador de Derechos Humanos de la región tiene más de 20 expedientes abiertos por amenazas de muerte en contra de lugareños.
La población cuenta con 18 agentes de la Policía Nacional Civil (PNC), divididos en dos turnos y sólo 3 patrullas para dar seguridad a los 45 mil habitantes.
En enero, el presidente Álvaro Colom se reunió con el gabinete de seguridad de ese departamento y con autoridades locales, aunque prometió mayor seguridad “todo se quedó en promesas”, resalta un vecino. La violencia también ha afectado a San Lucas Tolimán a cinco kilómetros de Santiago.
¿Quiénes son los responsables?
Limpieza Social, los Justicieros, Grupos Armados sin Fronteras y el Ejército Justiciero del Pueblo, se adjudican la mayoría de muertes.
A finales de enero de 2006 fueron capturados: Diego Ramírez Tiney, Antonio Os Petzey, Roberto Cuc, Marcos Alfredo Ramírez, Gaspar González, Rolando Mancilla y Tomás Sosof Ramírez. El Ministerio Público los acusó de estar involucrados en la muertes; sin embargo, seis meses después fueron liberados.
El 18 de enero, la PNC detuvo a una supuesta banda de delincuentes. Los vecinos se quejan que no hay una investigación a fondo para capturar a los asesinos.
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